Este es un fragmento de la entrevista que incluímos en nuestra edición de mayo. Si quieres leerla completa, puedes hacerlo en nuestra edición impresa, que ya está a la venta, o en este link.
Una casona de más de 110 años en la colonia Roma ha tomado forma, gracias a la visión de una apasionada joven que ha dedicado su vida al arte. Ana Tejeda comenzó su camino en el mundo del arte desde que tenía seis años y vendía los dibujos que hacía en su libreta para poder comprar piezas de artistas urbanos. Ahora, es la fundadora y directora de una de las galerías más sobresalientes de nuestro país, y que ha ido ganando renombre en ferias de arte internacionales. Esta es la historia de retos, y éxito, detrás de su galería de nombre homónimo.
“Cuando uno se adentra en el mundo del arte de cualquier manera posible, sea como espectador, creador o comprador, comienza a entender que para poder sobrevivir en este mundo, se necesita más que un ingenio enorme y una visión única. Yo soy arquitecto por estudios, pero en mí siempre existió un deseo muy fuerte por crear y comunicarle mi manera de ver la vida al mundo. Al trabajar con galerías y prestar mi trabajo para ser expuesto, me di cuenta de que existían muchas costumbres, por llamarlo de alguna manera, que limitaban la creatividad y el trabajo de creativos emergentes”, comenta Ana. Entre los artistas que Ana Tejeda representa se encuentran: Jorge Ismael Rodríguez, Marina Vargas, Álvaro Verduzco, Lorena Wolffer y Miguel Rodríguez Sepúlveda. Según la artista y galerista, el motivo principal detrás de la creación de este espacio radicaba en fungir como un lugar seguro en el que los artistas pudiesen demostrar su talento, y al cual, las personas pudieran entrar para disfrutar del trabajo expuesto, borrando las implicaciones aristócratas y de exclusividad que rodean a esta industria.