Tras el triste deceso del Papa Francisco, se reveló lo que dejó escrito el Pontífice en su testamento.
“Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos”, se lee en el testamento del Papa que murió a causa de un derrame cerebral y un fallo cardiocirculatorio irreversible.
El Papa Francisco plasmó en su testamento, su voluntad de ser enterrado en una capilla en la basílica romana de Santa María la Mayor y en una tumba sencilla, y no en El Vaticano, como suele ser habitual.
“Solicito que mi sepulcro sea preparado en el nicho de la nave lateral entre la Capilla Paulina (Capulla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza de la citada Basílica Papal como se indica en el documento. El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus”, (su nombre papal en latín).
El documento, que tiene fecha el 28 de junio de 2022, fue hecho público después de ser trasladado a la capilla de su residencia en la Casa Santa Marta y se emitió también el parte de su defunción.
“Sintiendo que se acerca el fin de mi vida terrena y con viva esperanza en la vida eterna, deseo expresar mi voluntad sólo respecto al lugar de mi sepultura. Siempre he confiado en mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por eso, pido que mis restos mortales descansen en espera del día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la mayor” .
“Deseo que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiguo santuario mariano donde iba a orar al inicio y al final de cada viaje apostólico, a confiar mis intenciones a la Madre inmaculada y agradecerle su cuidado dócil y maternal”.
El Papa señala que los gastos de la preparación de su entierro serán cubiertos por la suma del benefactor que se ha dispuesto y que será “entregada a Santa María la Mayor y de la cual he dado instrucciones oportunas a monseñor Rolandas Makrickas, comisionado extraordinario del Capítulo Liberiano":
El Santo Pontífice concluyó, “que el Señor conceda la recompensa merecida a quienes me han amado y continuarán orando por mí. Ofrecí al Señor el sufrimiento que se hizo presente en la última parte de mi vida por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos":
