Una de las tantas formas en que se nota la trascendencia de Pedro Ramírez Vázquez en la historia de México es en su labor durante los Juegos Olímpicos de México 1968.
Su participación como organizador de los primeros juegos olímpicos realizados en un país latinoamericano, le trajo un nuevo reconocimiento fuera de la arquitectura a Ramírez Vázquez, al entrar como relevo para llevar un evento de gran magnitud que ya estaba con el tiempo encima. El arquitecto y urbanista mexicano pudo diseñar la imagen gráfica del evento con elementos como la paloma de la paz y el logotipo de México 68 con letras estilizadas de líneas negras continuas, rectas y curvas.
Además, Ramírez Vázquez supervisó la construcción de varias instalaciones importantes para los Juegos Olímpicos , como la Villa Olímpica y el Centro Deportivo Magdalena Mixhuca, que proporcionaron alojamiento y servicios de primer nivel para atletas y delegaciones de todo el mundo. Su visión y liderazgo fueron fundamentales para garantizar el éxito logístico y operativo de los Juegos Olímpicos de México 1968, que fueron aclamados por su organización impecable y su legado perdurable.
La contribución de Pedro Ramírez Vázquez a los Juegos Olímpicos de México 1968 representó un momento de orgullo nacional y un hito en la historia deportiva de México. Su dedicación y su talento dejaron una marca imborrable en el panorama urbano de la Ciudad de México y reafirmaron la capacidad del país para organizar eventos de clase mundial.
En el que hubiera sido su cumpleaños 105, recordamos a Pedro Ramírez Vázquez no solo por las obras que dejó como legado en México y otras partes del mundo, también por su labor al frente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos.