Cuando llegamos a la casa de Soho House en la colonia Juárez, nos encontramos con un Carlos Amorales tranquilo, como si nada le preocupara en este mundo. Solo podemos suponer que es porque estaba completamente seguro de la magnificencia y genialidad de su futura obra, un performance hecho junto a más de 60 artistas diferentes, en la que se retrató de una manera impresionante un mito único de la creación, la deidad serpiente Naga.
En la entrevista que le realizamos nos dio una mirada al proceso de creación se nueva obra, de la cual fuimos testigos tan solo dos días después.
El performance de Carlos Amorales fue uno de los highlights de la semana del Arte, de la mano de la Feria Material y Miri Torres, parte del equipo de Invited y de la feria. Amorales creó una épica para la escena artística mexicana de proporciones inconmensurables que hizo a más de uno soltar una lágrima.
La genialidad del performance comienza desde la elección de la locación, el Polyfroum Siqueiros, el cuál en su interior alberga “La marcha de la humanidad”, el monumental mural de David Alfaro Siqueiros, con sus dramáticas y monumentales decoraciones, creó el ambiente dramático perfecto necesario para el performance.
A diferencia de otros performance musicales y coreografiados, se aprovechó el interior semicircular de la sala, para hacer una experiencia inmersiva donde los coristas, los percusionistas y los “iluminadores” se mezclaron por todo el lugar para crear una historia que nos sumergió todos los espectadores en un universo paralelo.
La historia de la obra retrata una retrato mitológico sobre la creación, la deidad serpiente Naga, creadora de la humanidad, y el escape de los últimos hombres en el final de la vida en la tierra. Se trata de un contraste muy interesante, ya que aunque pareciera una auténtica leyenda, que ha sobrevivido miles de años para llegar a esta presentación, en realidad es una leyenda creada por Amorales con la ayuda de la inteligencia artificial. De esta manera se junta en un performance lo arcaico y distópico futuro tardío, realzado por el mural de Siqueiros. En esta obra Amorales dibuja una crítica develada por el paralelismo entre cómo el pasado y el presente se unen en un mundo contemporáneo.
La combinación de todos estos factores, hiceron que “Estados fragmentados” fuera una obra maestra. El retumbe de los percusionistas, los bellísimos coros, la increíble y estilizada coreografía nos llevaron a sentir sensaciones que solo soñamos con volver a sentir en nuestra vida terrenal, salimos del Polyforum cambiados, evolucionados y revolucionados, con el honor de haber sido testigos de esta obra maestra.