Por Juan Jerónimo JJ
¿Has notado que últimamente pareciera ser que estar ocupado es sinónimo de éxito? En los últimos años, hemos ido normalizando la idea de que trabajar horas extras o en fines de semana, así como rechazar las pausas y vacaciones nos convierte automáticamente en individuos más productivos, eficaces y por lo tanto, exitosos. Y es que aunque es verdad que la vida profesional es un elemento importante para nuestro crecimiento individual, éste definitivamente no nos define como personas. Glamorizar el estar siempre ocupados puede llegar a tener repercusiones negativas en nuestro cuerpo y mente, desde el ya conocido burnout laboral, hasta problemas digestivos, cambios de ánimo, depresión e irritabilidad. Estos son algunos hábitos sencillos que podemos incorporar en nuestra vida para lograr un equilibrio entre el trabajo y nuestra vida personal.
Momentos para ti
Agenda horas para tener momentos para ti de la misma forma en que reservas tiempo para las juntas de trabajo. Trata de mirarlos como un evento prioridad y evita cancelarlos o postergarlos. Aunque en un principio sientas que hay cosas mucho más importantes que hacer, con el tiempo agradecerás haberte obligado a respetarlos. Entre estas actividades está caminar al aire libre, meditar, leer un buen libro o hacer cosas que te ayuden a estar en paz contigo mismo.
Evita hablar 24/7 sobre lo ocupada que estás
Se vuelve difícil parar si constantemente estás compartiendo en redes sociales o hablando con otras personas sobre lo saturado que siempre estás. Si evitas que el trabajo abarque la mayor parte de tus temas de conversación, tu mente automáticamente hará el intento de concentrarse en otros aspectos valiosos de tu vida que puedes compartir con los demás.
Pasatiempos y ejercicio
¿Cuántas veces hemos dejado de hacer algo que realmente nos gusta por “adelantar un poco” de trabajo? Si no tenemos cuidado, esto puede convertirse en un círculo vicioso y es muy fácil terminar reemplazando por completo a nuestros hobbies. Oblígate a hacer ejercicio, practicar algún deporte o alguna disciplina artística que disfrutes hacer periódicamente. Este tipo de actividades no solo te ayudan a distraer la mente sino que te motivan a querer ser mejor en otros campos que no son el trabajo.
Aprende a decir “no”
Muchas veces nos comprometemos a realizar una tarea o aceptamos hacer actividades extras que no nos corresponden para quedar bien con nuestro equipo de trabajo. Es importante aprender a valorar y cuidar de tu tiempo y eliminar de tu agenda todo aquello que no te está aportando algo positivo.
Tómate tu tiempo
Hacer las cosas lo más rápido posible o intentar ser “multitaskers” con el objetivo de ser más productivos aumenta las posibilidades de cometer errores que pueden llevar a la frustración y estrés. Aprende a tomarte tu tiempo para todas tus actividades y a disfrutar de ellas. Evita trabajar en horas de comida y mejor aprovecha estos tiempos para leer o platicar con alguien. En vez de tomar llamadas de la oficina mientras conduces, utiliza tus tiempos en el coche para escuchar tu música favorita o un podcast.