Desde el Museo de Arte Popular, durante su visita a México, Isaac nos platica de este duro momento que vivió su gremio a raíz de la pandemia y de su regreso a los escenarios con más emoción y fuerza que nunca. Haciendo énfasis en la disciplina, pasión y sacrificio que tiene el ballet, que solo podría semejarse a la vida misma.
Por María del Mar Barrientos Fotos Germán Nájera e Iván Flores
ISAAC, ¿HACE CUÁNTO TIEMPO QUE NO PISABAS MÉXICO?
Hace casi tres años. Desde el inicio de la pandemia. La verdad que sí me emocioné cuando aterrizó el avión, porque se siente bonito. Se añora mucho estar aquí.
EN ESTE TIEMPO, EL MUNDO DE LAS ARTES, IGUAL QUE OTRAS INDUSTRIAS, VIVIÓ MOMENTOS MUY COMPLICADOS. ¿CÓMO LO VIVIERON TUS COLEGAS Y TÚ?
Sin duda, es la situación más difícil a la que nos hemos enfrentado históricamente. Nunca se ha vivido tanta desesperanza en el sector, creo que hubo una gran parte que ha abandonado esta profesión y una enorme preocupación durante este periodo, no era solo salir adelante siendo creativos, sino también pensar en las generaciones que siguen. Ver que una persona que se gradúa de la escuela en pandemia no tiene oportunidades.
TÚ TE PREPARASTE MUCHÍSIMO EN LA PANDEMIA...
De hecho, mejoré. Eso fue lo curioso, que aproveché ese periodo para trabajar en cosas que hace mucho no tenía tiempo para hacer, como ciertos factores técnicos de flexibilidad, etcétera. De hecho, estoy bailando mejor que nunca.
¿CÓMO TE SENTISTE CUANDO PISASTE UN ESCENARIO DE NUEVO?
Fue muy emocionante, sobre todo por la reacción del público. Recuerdo cuando dan el primer anuncio, la gente empezó a aplaudir y era increíble recordar que siempre hay un sector de la sociedad que busca su refugio en el teatro.
PRESENTASTE LA EXPOSICIÓN DE EXPERIENCIAS SENSORIALES EN EL MUSEO DE ARTE POPULAR. ¿QUÉ IMPORTANCIA TIENE QUE LOS JÓVENES LÍDERES COMO TÚ INVIERTAN SU TIEMPO EN ESTAS CAUSAS?
Creo que la responsabilidad y la importancia es de todos los jóvenes. A veces en nuestro país tenemos una idea muy limitada de cómo suceden las cosas y hay que cambiar toda esa teoría.
“Es una una profesión que está llena de tabúes sociales que se pasan de generación en generación, y muchas veces el primer obstáculo que se encuentra es el de la propia familia”, Isaac Hernández.
¿QUÉ NECESITA NUESTRO PAÍS PARA IMPULSAR LA DANZA?
Los tabúes. Es una una profesión que está llena de tabúes sociales que se pasan de generación en generación, y muchas veces el primer obstáculo que se encuentra es el de la propia familia. Nuestra sociedad ve a las artes como algo diferente, porque existe ese famoso dicho de que “te vas a morir de hambre”, pero todo eso debe cambiar de discurso al de “puedes ser muy útil si te dedicas a las artes”, porque hay movilidad social, económica y grandes oportunidades para desarrollar.
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