La historia de amor que dio origen a Los Pinos, la olvidada residencia de los presidentes de México
Los Pinos fue elegido como la residencia oficial para el presidente de México por Lázaro Cárdenas al encontrar la anterior residencia, el Castillo de Chapultepec, demasiado ostentosa
La residencia oficial de Los Pinos, conocida por ser el hogar de los presidentes de México desde 1935 hasta 2018, encierra en su nombre una emotiva historia de amor que se remonta a los días de Lázaro Cárdenas del Río, uno de los presidentes más queridos en la historia del país.
Este lugar, más que una simple morada presidencial, es un testamento del afecto y la devoción que trasciende el ámbito personal para inscribirse en el legado nacional.
De “La Hormiga” a Los Pinos
El terreno que hoy conocemos como Los Pinos no siempre llevó este nombre. Originalmente era conocido como “Rancho La Hormiga”, una área expropiada durante la presidencia de Venustiano Carranza y que servía de residencia a colaboradores cercanos de los presidentes debido a su ubicación estratégica cerca del Castillo de Chapultepec.
Sin embargo, fue Lázaro Cárdenas quien, al encontrar el Castillo de Chapultepec demasiado ostentoso, decidió transformar “La Hormiga” en la residencia oficial de los mandatarios mexicanos.
Un recuerdo de amor hecho residencia presidencial
La elección del nombre “Los Pinos” por parte de Cárdenas no fue casual. Este rememora el lugar en Tacámbaro, Michoacán, donde conoció a su futura esposa, Amalia Solórzano.
La historia cuenta que, aunque el sitio donde se conocieron no estaba poblado de pinos, desde allí se podía apreciar una colina que sí los tenía. Este detalle, aparentemente menor, cobró importancia en la vida de Cárdenas al punto de nombrar así a la residencia presidencial, en honor al inicio de su relación con Amalia.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia en 2018 y su decisión de no habitar Los Pinos, la residencia oficial dejó de ser el hogar de los mandatarios para convertirse en el Complejo Cultural Los Pinos.
Esta transformación marcó el fin de una era pero abrió las puertas de este emblemático lugar al público, con lo que más mexicanos han podido descubrir su rica historia y la importancia que ha tenido en el desarrollo político y cultural de México.
La historia de Los Pinos es un recordatorio de que, incluso en los rincones más inesperados de la política, pueden encontrarse relatos de amor y humanidad. La decisión de Lázaro Cárdenas de nombrar así a la residencia oficial fue un homenaje a su esposa que infundió calidez y personalidad a un espacio que sería testigo de momentos cruciales en la historia de México. Hoy, Los Pinos sigue siendo un lugar lleno de historias, esperando ser explorado por aquellos interesados en conocer más sobre el patrimonio de su país.
Los Pinos: Más que una residencia presidencial
Bajo la sombra de los pinos, Cárdenas y su familia encontraron un hogar que reflejaba sus raíces y sus ideales. Los Pinos se convirtió en un inicio en un símbolo de modestia y cercanía con el pueblo, características que Cárdenas valoraba profundamente. La residencia oficial servía tanto como lugar de habitación para los presidentes y sus familias como un espacio donde se tomaban decisiones cruciales para el país.
Los Pinos no solo era la residencia de los presidentes, sino también un espacio para la vida familiar. Sus amplios jardines y áreas verdes permitían a los niños jugar y a los adultos disfrutar del aire libre. Además, se construyeron oficinas, una escuela de tiro y una alberca para uso del presidente y sus colaboradores.
Esta residencia fue el hogar de 14 presidentes de México: Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Adolfo López Mateos, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortinez, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia en 2018 y su decisión de no habitar Los Pinos, la residencia oficial dejó de ser el hogar de los mandatarios para convertirse en el Complejo Cultural Los Pinos.
Esta transformación marcó el fin de una era pero abrió las puertas de este emblemático lugar al público, con lo que más mexicanos han podido descubrir su rica historia y la importancia que ha tenido en el desarrollo político y cultural de México.
La historia de Los Pinos es un recordatorio de que, incluso en los rincones más inesperados de la política, pueden encontrarse relatos de amor y humanidad. La decisión de Lázaro Cárdenas de nombrar así a la residencia oficial fue un homenaje a su esposa que infundió calidez y personalidad a un espacio que sería testigo de momentos cruciales en la historia de México. Hoy, Los Pinos sigue siendo un lugar lleno de historias, esperando ser explorado por aquellos interesados en conocer más sobre el patrimonio de su país.
Se trata de una campaña de recaudación de fondos para que las personas que valoran las tradiciones y quieran verlas crecer, puedan hacer una donación y ayuden a lograr que esta celebración continúe iluminando nuestra ciudad y nuestros corazones