Curado por Cristobal Riestra y Jérôme Sans, Capítulo V: Heat presenta exposiciones de los artistas Julian Charrière, Ebecho Muslimova, Ana Montiel y el proyecto colectivo Artists Against the Bomb.
Para los amantes del arte
LagoAlgo presentó su capítulo cinco, titulado Heat, que se centró en la combustión y sus múltiples significados e implicaciones, ya sean ecológicos, sociales o políticos. Asemejándose a desastres naturalesla humanidad toma acciones explosivas, devastadoras, y de fuerza mayor para enfrentar diversas relaciones sociopolíticas inminentes.
Un espacio para todos
En el marco de la semana del arte, cuatro exposiciones distintas se unieron para crear un abrasador anillo de fuego, trazando una inesperada constelación de artistas internacionales reunidos por primera vez: el artista franco-suizo Julian Charrière, la artista estadounidense de origen ruso Ebecho Muslimova, la artista española Ana Montiel y el proyecto colectivo Artists Against the Bomb, organizado por el Estudio Pedro Reyes.
Por amor al arte y a la naturaleza
Cada exposición de este cinturón de fuego hizo eco de uno de los cuatro tipos principales de combustión: lenta, rápida, espontánea y explosiva. De vertiginosa a contemplativa, la exposición de Julian Charrière, Earth listens when you speak abordó los apremiantes peligros de una combustión rápida debida al cambio climático, explorando especialmente el delirio de la industrialización y su
connivencia con los recursos no renovables.
En Fatebe Gogo LagoAlgo, Ebecho Muslimova y su característico personaje femenino y burlesque, Fatebe se apoderó de los muros de LagoAlgo, haciendo estallar su arquitectura, con paredes que apenas podían contener su presencia, como una combustión espontánea.
En un espíritu de protesta e indignación explosivas, Artists Against the Bomb reunió cientos de pósters, tanto históricos como comisionados, diseñados por artistas que reclamaban el desarme nuclear universal para generar un cambio imperativo y urgente y alcanzar la paz.
Mientras tanto, las vibrantes masas de Ana Montiel realizaron una suerte de sinestesia, pintando con aire los factores que a menudo pasamos por alto, las cosas que no tenemos en cuenta. La artista reconcilió lo liminal y lo tangible, lo eterno y lo efímero, lo monumental y lo microscópico, lo natural y lo cultural.
Lo antes mencionado, fue capturado bajo la lente del fotógrafo Rodrigo Álvarez.