En la historia del feminismo latinoamericano, el nombre de Elvia Carrillo Puerto ocupa un lugar destacado.
Nacida el 30 de enero de 1881 en Motul, Yucatán, Elvia fue una incansable luchadora por los derechos de las mujeres en México y una pionera en la lucha feminista en América Latina. Su vida y obra dejaron una huella indeleble en la historia del movimiento feminista mexicano, abogando por la igualdad de género, el derecho al voto femenino y la justicia social.
Elvia Carrillo Puerto, una vida dedicada a la educación y el activismo
Desde pequeña, fue testigo de la desigualdad social que imperaba en la región, donde la explotación de los trabajadores del henequén era una realidad cotidiana. Esta experiencia marcó su compromiso con la lucha por la justicia social.
Fue alumna de la poetisa y educadora Rita Cetina Gutiérrez, quien influyó profundamente en su comprensión de la igualdad de género. Bajo la tutela de Cetina Gutiérrez, Elvia adoptó ideales feministas y se dedicó a la promoción de la educación y la igualdad para las mujeres en Yucatán.
Elvia se involucró en la política desde muy joven. En 1912, fundó la primera organización de mujeres campesinas en Yucatán, enfocada en garantizar derechos iguales para las jefas de familia en la distribución de tierras. Su activismo fue más allá de los derechos sobre la tierra, también se extendió a otros aspectos cruciales como el derecho al voto, la alfabetización y el control de la natalidad.
Participó en la rebelión de Valladolid contra Porfirio Díaz y luego se unió al movimiento constitucionalista. En 1916, fue una de las principales figuras del Primer Congreso Feminista de Yucatán, donde se debatieron temas como el sufragio femenino, el control de la natalidad y la educación mixta.
La lucha por el voto femenino y la igualdad
Conocida como la “Monja Roja” por su ferviente activismo, Elvia fue una figura central en la lucha por el sufragio femenino en México. En 1919, viajó a la Ciudad de México para crear la Liga Rita Cetina Gutiérrez, con el objetivo de incluir el debate sobre el voto femenino en las cámaras legislativas. Aunque inicialmente no tuvo éxito, su persistencia fue fundamental en el camino hacia la conquista del derecho al voto para las mujeres mexicanas.
En 1923, con su hermano Felipe Carrillo Puerto como gobernador de Yucatán, fue elegida como diputada municipal, así se convirtió en una de las primeras mujeres en ocupar un cargo de elección popular en México junto con Beatriz Peniche y Raquel Dzib Cícero. Sin embargo, tras el asesinato de su hermano y el cambio de régimen conservador en Yucatán, Elvia tuvo que abandonar el cargo y huir del estado debido a amenazas contra su vida.
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Un legado que perdura
Elvia Carrillo Puerto nunca cesó en su lucha por los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas. Fundó la Liga de Acción Femenil y continuó abogando por el reconocimiento del voto femenino hasta que finalmente se logró en 1953. Elvia falleció el 18 de abril de 1965 en la Ciudad de México, pero su legado como pionera del feminismo en América Latina perdura.
Su compromiso con la igualdad de género, los derechos políticos de las mujeres y la justicia social la convierten en una figura emblemática en la historia del feminismo en México y en América Latina. La historia de Elvia Carrillo Puerto es un recordatorio de la lucha constante por la igualdad y los derechos de las mujeres, que da muestra que los esfuerzos colectivos pueden conducir a cambios significativos en la sociedad.