Zélika García, Pamela Echeverría y Magalí Arriola nos hablan sobre el rol de la mujer en el arte

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Alguna vez te has preguntado ¿Qué sería del arte sin las mujeres? Nosotros sí. Por eso nos dimos a la tarea de buscar a grandes personalidades de nuestro país para que nos dieran sus puntos de vista y platicaran sobre su trayectoria, logros e ideas.

Por María del Mar Barrientos, Cecilia Morales Andere y Edgar Hernández

Las mujeres en el arte

Zélika García es regiomontana y fundadora de Zona Maco, la feria de arte más importante de América Latina. Ella promueve el arte en muchas de sus expresiones plásticas y trabaja incansablemente para impulsar artistas a escala global. La feria cuenta con la presencia de galerías mexicanas y extranjeras que también realizan un scouting de nuevos talentos para sumar a su cartera. Magalí Arriola, francesa de nacimiento y nacionalizada mexicana, actualmente dirige el Museo Tamayo, ello con la finalidad de honrar al oaxaqueño, pero también para enriquecer y fomentar el sentido crítico del público por medio de las expresiones más reconocidas del arte contemporáneo. Pamela Echeverría, chilena de nacimiento, llegó a nuestro país a los tres años. En su juventud estuvo presente en el movimiento de los 90, y en 2009 fundó la galería Labor, una de las más reconocidas de México. “Nunca he sentido que tengo límites. No creo que tenga ningún reto diferente al de algún hombre”, nos dice en entrevista.

Zélika García

Han pasado dos décadas desde que Zélika García iniciara en Monterrey la titánica empresa de promover un mercado internacional del arte en México. En 2002 realizó en la capital regiomontana la feria Muestra 001, que al año siguiente se trasladaría a la Ciudad de México como Muestra 002. Su éxito le permitió rápidamente transformarse, en 2004, en la primera edición de lo que hoy conocemos como Zona Maco, la feria de arte más grande de América Latina. “Cuando empecé la feria en 2002, en Monterrey, el arte contemporáneo no era muy reconocido, la gente quería más arte moderno, clásico o a los artistas que ya son famosos o ya conocían. Lo contemporáneo se les hacía como locura, había mucho menos galerías. No veíamos una comunidad artística en el país, todo era más local y chiquito. Poco a poco hubo más promoción, gracias a las ferias y a mucha gente involucrada”, recuerda Zélika, al tiempo que reconoce que sus retos ya no están en seguir creciendo, sino en mantener la calidad. Como mujer, Zélika se siente orgullosa de aportar un granito de arena a la cultura artística del país, “al cambiar la percepción del arte, de la vida de muchos artistas, galeristas y a la ciudad”.

CUANDO EMPEZASTE EN EL MUNDO DEL ARTE ¿QUÉ PAPEL JUGABAN LAS MUJERES EN EL PANORAMA ARTÍSTICO EN MÉXICO Y EN EL MUNDO?

Siempre hemos tenido mujeres involucradas en el arte, desde artistas, directoras de museos o de instituciones y alguna que otra coleccionista. Creo que sí había más participación de hombres que de mujeres, hay más reconocimiento hacia el género masculino, sin embargo, cada vez es más importante el rol de la mujer.

¿CÓMO HA CAMBIADO LA CONCEPCIÓN DEL ARTE EN NUESTRO PAÍS?

Específicamente el contemporáneo es de mayor interés para el público. Los coleccionistas tienen una labor muy especial, pues se involucran, conocen a más artistas, compran su trabajo y adquieren fama para exponer en los museos, sin ellos no funciona la cadena, son un eslabón fundamental. En Zona Maco, nos enfocamos siempre en promover el coleccionismo local, porque una feria sin esto no funciona.

¿TE ENFRENTASTE CON ALGÚN TABÚ POR SER MUJER?

No, porque no me importa, curiosamente en mi oficina siempre hay más mujeres que hombres, si tú llegas pensando en la igualdad, es mas difícil que sientas eso.

Pamela Echeverría

Fundadora de la galería Labor, no duda al asegurar que existen diferencias cuando la galerista es mujer que cuando es hombre: “Siento que los galeristas hombres son mucho más enfocados al negocio y las galeristas mujeres se preocupan por que el artista esté bien en todos los sentidos”. En 2009 Pamela fundó su propia galería, luego de trabajar en museos y galerías de arte contemporáneo. Como líder de su proyecto, se enorgullece de su independencia y de no marcarse límites, ya que afirma: “No creo que tenga ningún reto diferente al de algún hombre”.

¿POR QUÉ EL NOMBRE DE LABOR?

Porque en Chile, las tareas que tradicionalmente hacían las mujeres en casa en tiempos pasados, como tejer, bordar y coser, se les llamaba labor. Mi familia es chilena y llegamos a México en los 70 por el golpe de Estado. Recuerdo que cuando me cuidaba mi abuela siempre me decía, “ve a tu cuarto a hacer tu labor”, y me quedó esa idea de que hacer “la labor” era algo muy minucioso y me pareció que era como llevar una galería. Se necesita que todo esté perfecto, cuidando los detalles y, además, me interesaba que la palabra tenía un guiño marxista de “labor” en inglés.

CUANDO EMPEZABAS EN EL MUNDO DEL ARTE ¿QUÉ PAPEL JUGABAN LAS MUJERES EN EL PANORAMA DE MÉXICO Y DEL MUNDO?

Yo entré a trabajar por primera vez al Museo Tamayo y la directora era una mujer, Cristina Gálvez, luego fue Teresa Márquez. Después trabajé con Taiyana Pimentel y con Patricia Martin. La verdad, siempre he estado laboralmente rodeada de mujeres fuertes y muy buenas en lo que hacen.

¿QUÉ HA SIDO LO MÁS COMPLICADO EN TU TRAYECTORIA EN EL MUNDO DEL ARTE?

Nunca he sentido que tengo límites. No creo que tenga ningún reto diferente a los de un hombre. No pienso que haya una división de género en cuanto a ambición. Te puede interesar: FRIDA KAHLO: LA ARTISTA QUE CONVIRTIÓ EL DOLOR EN ARTE

Magalí Arriola

Para Magalí Arriola cursar la carrera de Historia del Arte en La Sorbona de París era algo temporal. Ella se veía estudiando Relaciones Internacionales en El Colegio de México, pues lo que le interesaba era la historia política. Finalmente descubrió que el arte era lo que mueve sus venas. Una importante satisfacción para ella es darse cuenta que a lo largo de los años ha podido hacer lo que ha querido y en las mismas condiciones. En 1997 Magalí inició intempestivamente su carrera como curadora con la muestra del cineasta británico Peter Greenaway en el Museo Tamayo, la cual no solo rompió récords de asistencia, sino que fue la primera que atrajo masivamente a un público joven a los museos de la Ciudad de México. Hoy, como directora del Museo Tamayo, sus retos siguen siendo muy altos. “A lo largo de los años, los proyectos que me he propuesto hacer se han consolidado, en unas condiciones o en otras. Además de la visión que pueda yo aportar al museo, tanto al programa como a la operación, bajo una línea muy profesional, ya que sin esta se caen las cosas. La tenacidad es una importante herramienta que siempre influyó en mi vida y es fundamental para estar ahora en el Tamayo como directora”.

¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI EL ARTE?

Muchas cosas, mayoritariamente la oportunidad de ver con otros ojos, con otras perspectivas. Significa poder, sobre todo, abrir diferentes perspectivas y miradas sobre el mundo.

¿QUÉ SIGNIFICA PARA TI SER UN REFERENTE EN EL MUNDO DEL ARTE EN NUESTRO PAÍS?

Es un privilegio y más que me lo digan así. Yo veo las cosas como el privilegio y oportunidad de contribuir a algo mucho más amplio. Es un honor compartir las cosas que hago y que tenga una repercusión, más allá de mi círculo inmediato.

¿QUÉ CUALIDADES DEBE TENER UN CURADOR DE ARTE?

No me atrevería a dar una respuesta tajante, simplemente por el hecho de que hay mil maneras de hacer arte y curaduría. Como todo en la vida, se necesitan ciertas cualidades, definitivamente seriedad y compromiso, curar no es nada más poner cinco cosas o una al lado de la otra, sino que tiene que haber una congruencia. Seguir leyendo: SUPERAN OFERTA DE DICAPRIO EN SUBASTA Y VENDEN OBRA DE DOMINGO ZAPATA Descubre el artículo completo en la edición impresa CARAS FEBRERO

Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Editora web y Social Media Manager de la revista Caras México de Editorial Televisa.
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