Carlos Sainz se convirtió en el ganador del Gran Premio de México, tras llevarse el sábado la pole position en la clasificación. En segundo quedó Lando Norris y tercero Charles Leclerc, quienes celebraron el triunfo en el podio.
El gran trofeo que recibió Sainz presentado por Heineken es producto de la casa de lujo TANE México 1942. Esta pieza, elaborada a mano, se ha convertido en una tradición en el campeonato y en el objeto más deseado por todos los pilotos que pisan el circuito del Autodrómo Hermanos Rodríguez.
La pieza artesanal que se le otorga al ganador del México GP desde la edición de 2015 es una obra artesanal elaborada en plata .925 y montada sobre una base de cuarzo verde llamado aventurina. En su conjunto, forma una pieza simétrica, llena de libertad y movimiento, que muestra líneas que simulan las alas del águila real, protagonista del escudo nacional, y que evoca su velocidad y poderío.
Con nueve años presente en el podio de vencedores del Gran Premio Mexicano, ya es una pieza tradicional de Formula 1, como también lo son el trofeo que se brinda en el GP de Mónaco, con la silueta del mítico circuito callejero monegasco; o el Royal Automobile Club Trophy, un emblema en la carrera de Silverstone; e incluso los vistos en el GP de Japón, que siempre son obras relacionadas con la cultura nipona.
El codiciado trofeo de TANE ha sido levantado tan sólo por tres pilotos: una vez por el alemán Nico Rosberg (2015), dos veces por el británico Lewis Hamilton (2016 y 2019) y cinco veces por el neerlandés Max Verstappen (2017,2018, 2021, 2022 y 2023). Los tres han sido campeones de F1.
La casa joyera mexicana preparó cuidadosamente cuatro trofeos cada año. Uno para los tres primeros lugares de la carrera y uno más para la escudería ganadora. Es por ello que se elaboran dos medidas diferentes, pues para el primer lugar (piloto y constructor) son de 60 x 15 x 11 centímetros, mientras que para el segundo y tercer puesto es de 47 x 13 x 9 centímetros.