A pesar de estar condenados a cadena perpetua por el asesinato de sus padres, Lyle y Erik Menéndez encontraron amor y compañía en circunstancias poco convencionales.
Ambos hermanos, protagonistas de la nueva docuserie de Netflix “Monstruos”, contrajeron matrimonio mientras se encontraban en prisión, una realidad que contrasta fuertemente con su infame pasado.
¿Quién es la esposa de Lyle Menéndez?
Lyle Menéndez fue el primero en dar el paso al altar desde la cárcel. Su primera esposa fue Anna Eriksson, una exmodelo que se puso en contacto con él mediante cartas mientras él estaba en juicio. Se casaron en 1996, pero su matrimonio terminó un año más tarde debido a la infidelidad de Lyle, quien intercambiaba cartas con otras mujeres, según la demanda de su entonces esposa.
No pasó mucho tiempo antes de que Lyle encontrara de nuevo el amor en Rebecca Sneed, una periodista que se convertiría en abogada. Se casaron en una ceremonia en la prisión en 2003, y desde entonces, Sneed ha sido una visitante regular de Lyle, ella destaca la profundidad de sus conversaciones y el fuerte vínculo emocional que han desarrollado.
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— News Colony 🗞️🇺🇸🇬🇧🇪🇸🇨🇦 (@Newscolony_) June 5, 2022
¿Con quién se casó Erik Menéndez?
Por otro lado, Erik Menéndez se casó con Tammi Saccoman en 1999. La relación comenzó cuando Saccoman, impactada por el juicio que veía en televisión, decidió escribirle a Erik. Con el tiempo, su relación se fortaleció a través del intercambio constante de cartas y visitas en prisión.
A pesar de las trágicas circunstancias personales de Tammi, permaneció al lado de Erik, en una muestra de una devoción y apoyo inquebrantables. Tammi tiene su propia historia tormentosa. Estaba casada cuando empezó a escribirle a Erik, con el consentimiento de su esposo. Sin embargo, su marido abusó de su hija adolescente, fue enviado a la cárcel pero en solo dos días se suicidó. Ya como viuda y en un proceso de sanación de todo lo vivido, Tammi se enamoró de Erik.
¿Cómo es el matrimonio carcelario para estas parejas?
Ambos matrimonios enfrentan desafíos únicos, principalmente la prohibición de las visitas conyugales para prisioneros condenados a cadena perpetua en California.
Esto significa que, a pesar de estar casados, las parejas no pueden consumar su matrimonio ni disfrutar de intimidad física, un aspecto que tanto Lyle como Erik y sus esposas aprendieron a manejar enfocados en fortalecer su conexión emocional y comunicativa, incluso mencionan que están más unidos que los matrimonios bajo el mismo techo, gracias a la atención que ponen en su comunicación.
¿Cuál es el impacto que la serie de Netflix podría tener en estas parejas?
La serie “Monstruos” de Netflix volvió a poner en el foco público no solo los crímenes por los que los hermanos Menéndez fueron condenados, sino también sus vidas personales dentro de la prisión. Al explorar estos aspectos menos conocidos de sus vidas, la serie invita a los espectadores a reflexionar sobre las complejidades del castigo, la redención y la capacidad humana para encontrar amor en las circunstancias más desesperanzadoras.
A new hearing for the Menendez brothers has been set for November 29th as new evidence of molestation from their father is reviewed. pic.twitter.com/jBCnEa8cuA
— Pop Base (@PopBase) October 3, 2024
¿Qué hicieron los hermanos Menéndez?
Los hermanos Menéndez, Lyle y Erik, fueron protagonistas de uno de los casos criminales más notorios en Estados Unidos. En 1989, los dos hermanos asesinaron a sus padres, José y Kitty Menéndez, en su lujosa mansión en Beverly Hills, California.
El 20 de agosto de 1989, los hermanos dispararon fatalmente a sus padres con escopetas mientras estos veían televisión en la sala de su casa. Inicialmente, Lyle y Erik fingieron que habían encontrado los cuerpos de sus padres y llamaron a la policía alegando que alguien había irrumpido en su hogar.
El caso de los Menéndez se volvió altamente mediático cuando ambos fueron arrestados en marzo de 1990. Durante el juicio, la defensa de los hermanos argumentó que actuaron en defensa propia, alegando que sufrían abusos físicos, psicológicos y sexuales por parte de su padre, José Menéndez. Además, dijeron que su madre, Kitty, era una cómplice pasiva que no protegía a los hijos.