Ana Araujo y Pablo Lyle se conocieron cuando ambos eran adolescentes, ella de 14 y él de 16, pero no fue sino hasta 8 años después, cuando se reencontraron y formalizaron la relación. Para entonces, ella había sido madre de su hija mayor, Aranza, y juntos tuvieron a Mauro, el menor. Tras los hechos ocurridos en Miami, Florida, en marzo de 2019, la vida del actor y su familia cambió por completo. Ana otorgó una entrevista a ‘Cada Quién, El Podcast’ para hablar de su vida como emprendedora una vez que ésta se transformó y su esposo fue sentenciado en febrero 2023 a cinco años en prisión.
Así es la vida emprendedora de Ana Araujo, pareja de Pablo Lyle
El negocio de Ana es Skinny Bakery, repostería sin azúcar y sin harina refinada, y llevarlo a cabo junto con el equilibrio de mantener a su familia de dos hijos no fue tarea sencilla.
“Como que en mi historia personal, que está en Google... me acuerdo un montón que veníamos de un viaje familiar, pasó un suceso, y mi vida cambia. Y lo que me costó mucho aceptar es que a partir de ese suceso, mi familia dejó de ser, para siempre, lo que éramos. Ya nunca vivimos juntos, no dormíamos juntos, nos embarcamos en una situación distinta de la vida; y yo lloraba cuando veía las fotos de las familias juntas y decía ‘ahh yo tenía eso’. Y en cuanto aprendí a aceptar que eso ya no era para mí, dejé de ver para atrás y volteé a ver en frente nuevas maneras de ser y de vivir. Vi todas las bondades que hay en un nuevo camino, pero la clave es aceptar”, relató Ana respecto al incidente entre Pablo Lyle y Juan Hernández.
Sobre empezar de cero, aseguró que tener el aprendizaje de por medio es primordial para salir adelante: “en el tema de relaciones, le decía a mi terapeuta ‘qué miedo volver a empezar una relación, qué tal que me pasa lo mismo’ y él me decía ‘a ver, Ana, no eres la misma persona, tenlo por seguro que a esta Ana no le pasarán las cosas que le pasaron, y confía en tu aprendizaje’”.
Aseguró que su energía y dinero está puesta en sus hijos Aranza y Marco, y que ella está dispuesta a disfrutar de ellos mientras maneja su negocio de emprendimiento. “Todos los días me cuestiono qué hago aquí, y hacerme consciente que tanto lo padre de la vida como lo malo es un ratito. Hablaba con una chava que estaba pasando por una situación muy parecida a la que nosotros pasamos, con su esposo, temas legales, y la veo como yo estaba en ese momento, me decía ‘tengo miedo, no quiero que vaya a la cárcel’, y yo le decía, ‘te entiendo tanto cuando yo estaba en tu lugar’. Y nos sucedió, y te digo qué, no es lo peor que te puede pasar”.
Ana dijo en el podcast que ella se hizo cargo de sí misma, y una idea similar dijo en exclusiva a CARAS meses atrás: “como mujeres, ya no podemos simplemente esperar a que alguien más nos quiera rescatar, solo nosotras debemos hacernos cargo”.