Hace unos meses, Ana Brenda Contreras contó que tras 15 años decidió retirarse los implantes de seno por serios problemas de salud que presentó. Ahora, escribe un texto con su propia experiencia para llevarnos a reflexionar sobre el amar a nuestro cuerpo tal y como es.
Ser adolescente en los 2000’s como cualquier otra chava de mi edad fue crecer viendo como hablaban de las boobies de Britney en SNL , como Pamela Anderson era un sex symbol cuando corría en traje de baño en la playa, o como a Alicia Machado la criticaban abiertamente por subir de peso cuando era la mujer más hermosa del universo. Crecí como muchas, normalizando que mucho de lo que soy se mide en cómo me veía. Cuando cumplí la mayoría de edad muchas conocidas recibían de regalo un par de prótesis. Era normal ,era la moda (me acabaron por decir eso en redes ) pero es mi testimonio, es lo que yo viví.
Long story short pasados los años y cuando llegas a los -benditos- 30’s la consciencia de mi cuerpo la información y también, los años que empiezan a mostrarte lo que de verdad importa me pedían escucharme. En la pandemia - bendito sea- tuve una relación más sana con mi cuerpo y una disciplina con el ejercicio y mi cuerpo me habló más fuerte. Muchos médicos que vi, por que es lo más importante y lo primero que creo, se debe hacer acudir a profesionales, me decían que no podrían asegurarme que mis malestares se irían al retirar los implantes .
Cuerpo cansado, dolores musculares, acné, pérdida de pelo si, el pelo que hasta ahora me caracterizaba y en mi carrera había jugado un papel muy importante pero que al final de cuentas te dice si estás sana o no , decidí cortarlo y donarlo , otra cosa más por la que una mujer le dicen como debería llevarlo .degeneración de la vista, hipotiroidismo, depresión. La lista seguía, son síntomas de muchas personas hoy en día no solo las que tienen prótesis pero algo en mí me decía “ si por tantos años he tenido un agente externo dentro de mi , el cuerpo es sabio … ¿por qué entonces habría de pelear otros agentes dañinos ?”, la idea me retumbaba en la cabeza.
Ya había leído sobre el síndrome del implante de seno pero no fue hasta que filmé una serie me reencontré con una amiga y le pasaba lo mismo, tuvo la generosidad de compartirme su proceso y eso me animó a dar el siguiente paso. No lo voy a negar , la recuperación y la reconstrucción fue más de lo que esperaba pero no pasó ni un día y me sentía sana y libre.
Al buscar ropa y métodos para recuperación el golpe de realidad más fuerte fue ver como la mayoría eran para mastectomia me sentí más culpable y agradecida por la salud que nunca. Decidí compartirlo en redes , una vez más hubo de todo, comentarios juzgando “ no sabía que eras plástica “ y muchos otros llenos de amor y apoyo. Pero sobre todo me impresionó la cantidad de personas que en privado me mandaban mensaje pasando por lo mismo y queriendo saber más , eso es lo importante.
Y así debería de ser todo en la vida empezando la relación con tu cuerpo, una experiencia personal donde nadie absolutamente nadie puede decidir juzgar y opinar más que tú mismo. De todo esto lo que rescato es que hay que escuchar el cuerpo, rodearte de buenas amigas , y sobre todo NO SE HABLA DEL ASPECTO DE LAS PERSONAS. Nunca sabes que están pasando.
Chicas, Es momento de compartir nuestras historias nunca sabes a quién estás inspirando.