En lo alto del fraccionamiento Bosque de Las Lomas, se erigía un conjunto de mansiones conocido como “La colina del perro”.
Dicha propiedad, heredada por Sasha Montenegro y sus hijos, fue un símbolo del poder y la riqueza del expresidente José López Portillo, pero también de la controversia que rodeó su mandato.
“La colina del perro”, una construcción polémica
La edificación de esta “fortaleza”, como fue denominada por algunos, desató una serie de controversias debido a que se realizó durante una época de crisis económica en México.
Los vecinos denunciaron que se utilizaron recursos públicos para construir las mansiones, mientras que el país enfrentaba la devaluación del peso y la nacionalización de la banca.
En un terreno de 12 hectáreas, equivalente a 17 campos de futbol, se construyó este conjunto de mansiones con un estilo que mezclaba elementos medievales, ventanales coloniales y techos de dos aguas al estilo californiano.
Las mansiones de López Portillo y Sasha Montenegro
Las cuatro mansiones y la biblioteca que componían “La colina del perro” se caracterizaban sobre todo por su estilo ostentoso. Tenían ventanales coloniales, chimeneas, techos californianos y miradores.
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Entre las construcciones se encontraba una casa-biblioteca de tres pisos, diseñada en forma de caracol, que albergaba una vasta colección de más de 30 mil libros pertenecientes a López Portillo. Además, el complejo contaba con instalaciones de lujo como gimnasio, alberca, cuarto de armas y una cúpula con observatorio astronómico.
En este terreno, el ex Presidente tenía su casa- biblioteca: tres pisos de biblioteca en forma de caracol con 30 mil libros; gimnasio, alberca y cuarto de armas, y arriba, una cúpula con observatorio astronómico pic.twitter.com/Zm7AsxrLk8
— Samuel Adam (@Samadamcas) July 23, 2018
Por qué se llamó “La colina del perro” a la mansión de Sasha Montenegro
El apodo “La colina del perro” se originó por una frase desafortunada del expresidente López Portillo, quien dos semanas antes de la devaluación del peso, mencionó que defendería la moneda “como un perro”. La ironía de la frase, en un contexto de crisis económica, generó burlas y críticas, y se asoció con la opulencia de las mansiones.
La decadencia de la mansión de Sasha Montenegro
Con el paso de los años, lo que alguna vez fue la grandiosa residencia de una de las figuras políticas más prominentes de México y su famosa pareja se transformó.
La propiedad se dividió y parte de ella se convirtió en el fraccionamiento La Toscana, donde hoy se ubican 50 casas valoradas en hasta seis millones de dólares cada una.
En 2018, la demolición de la última mansión marcó el fin de una era, dando paso a la construcción de una torre de departamentos de 34 pisos, cerrando así el capítulo de “La Colina del Perro” en la historia de México.
“La colina del perro” es un recordatorio del poder y la riqueza que ostentó José López Portillo durante su mandato. Sin embargo, también es un símbolo de la controversia y la crisis que marcaron su época. La historia de esta mansión refleja las complejidades de la política mexicana y la fascinación por la vida de los poderosos.