La paternidad ha cambiado muchos aspectos de la vida de George Clooney, pero su gamberro sentido del humor sigue siendo el mismo de siempre. Ahora, si acaso, cuenta con la ayuda de sus gemelos de casi dos años, Alexander y Ella, para utilizarlos como señuelo en sus bromas pesadas que a lo largo de los años le han llevado a aterrorizar a muchos de sus compañeros de profesión.
Sus últimas víctimas están siendo el personal doméstico que les ayuda a compaginar sus carreras con el cuidado de sus dos pequeños, ya que él es incapaz de resistirse a la tentación de escandalizarse de la forma más escatológica posible.
La broma de George Clooney
“Recuerdo que estaba grabando un anuncio publicitario en Italia y se me ocurrió echar mano de un pañal limpio, llenarlo de crema de chocolate y tirarlo a la basura. Cuando volví una hora más tarde ya estaba allí la limpiadora italiana que se ocupaba de la casa. Empecé a decirle que Amal quería saber si Alexander había hecho pipí o popó, y claro, no entendía lo que le estaba preguntando. Así que abrí la basura, saqué el pañal y empecé a restregármelo por la cara y a fingir que estaba comiéndomelo. La pobre mujer se echó a gritar y salió de la habitación corriendo”, ha confesado la estrella de Hollywood a su paso por el programa de televisión ‘Good Morning America’.
Salta a la vista que a su esposa Amal le esperan unos años repletos de risas y bastantes sustos en vista de que Clooney tiene pensado incluir a sus hijos en sus jugarretas en cuanto sean capaces de comprender qué está sucediendo a su alrededor: “Pienso enseñarles todos los mejores trucos”, ha adelantado.