Camila Sodi se suma a Luis Miguel, la serie, protagonizando uno de los romances que dejó una huella trascendente en la vida del cantante, el de Erika Sotres, mejor conocida como Issabela Camil.
Camila Sodi, platícanos de tu personaje...
Bueno, como sabes, era un donjuán el muchacho (Luis Miguel); entonces hay muchas oportunidades para que entremos varios personajes femeninos que son muy distintos, pues tenía gustos muy variados (risas).
Mi personaje y Luis Miguel se conocen desde que eran muy chiquitos, entonces eso lo hace diferente a los demás personajes femeninos que se va encontrando y de los que se va enamorando.
Es una especie de prima o amiga de la infancia y crecen juntos, entonces desarrollan ahí un amor y se vuelve una parte muy importante del crecimiento de Luis Miguel, hasta convertirse en un amor incondicional.
¿Cómo lo construiste?
Yo la conozco, cuando supe que estaban haciendo casting para su personaje dije “yo lo quiero hacer” porque se me hace que es una de las mujeres más inteligentes y sensibles que conozco, encima de ser hermosa por dentro y por fuera.
Pensé que son muy pocas las veces que como actor puedes hacer a alguien vivo, a alguien que conoces es todavía más difícil y a alguien que es muy cercana a ti es aún más difícil. Yo agarré a este personaje de la mesa diciendo “es mío” porque de alguna manera sentía que le iba a hacer justicia por ser su amiga.
¿Lo platicaste con ella?
Lo primero que hice antes de aceptar cualquier cosa fue hablarle y decirle “está esto, ¿qué opinas?, ¿qué te parece?”.
Había que tantear terreno porque de repente no le gustaba la idea, o no sé, pues es muy delicado hablar de la vida personal de alguien. Pero no, al contrario, fue una plática totalmente abierta, con mucho amor, me compartió varios datos que ya verán en la serie y me encontré con una gran mujer que es más que la novia de la estrella, que es una mujer más reservada que le daba un buen balance a esa relación.
Es muy distinta a mí, que eso es algo que es muy difícil pero se agradece... es que me tienen que ver, tengo ojos de otro color y todo (risas).
También me pinté el pelo de rubio, que nunca había tenido el pelo así y agarré cosas de muchas personas, evidentemente de ella, pero agarré de mi madre.
Me parece también que la época –que fueron los noventa– dan para divertirse, los looks eran muy divertidos, un pelazo de aquellos y la pasamos muy bien.
¿Tuviste algún acercamiento con Luis Miguel?
Tuve un tipo de acercamiento con él en la ficción (risas). Ya lo verán... pero no, no tengo el placer de conocer a “Mr. Luis Mi”. A ver si ahora que está dando conciertos me animo y voy a gritarle con pancartas (risas).
¿Qué responsabilidad sentiste de representar una parte tan importante de su vida?
Siempre es una responsabilidad interpretar a alguien que está vivo, y en mi caso que conozco, pero en realidad no puedes pensar en eso porque no lo hubiera hecho pues no los estoy interpretando a ellos.
No es un retrato fidedigno de un ser humano; es una ficción de un momento de sus vidas que, con todo el respeto del mundo, tratamos de hacer lo más cercano a la historia que él contó, no ella.
Lo que hice fue meterme a la ficción y guiarme por el texto que está exquisitamente escrito por (Daniel) Krauze, a quien quiero mucho.
Entonces, no sé si está mal, pero no puedes pensar en la responsabilidad, es más bien entrarle con todo, aprovechar todas las herramientas que te dan y darle carnita y tridimensionalidad a algo que está en un papel.
¿Cómo te sientes de regresar a la televisión?
Me siento muy bien. La televisión en este formato la disfruto mucho, los formatos arcaicos, telenoveleros los sufro... he hecho dos en la vida y es lo que más sufro porque no hay respeto.
En cambio, este tipo de televisión, hasta como espectador, se agradece porque es una diferencia tremenda que te den 300 capítulos y te frían la cabeza, a que te den 13 pero en una historia bien contada, bien escrita.
Como actor es una delicia porque puedes darte el tiempo que necesites para hacer una escena y llegar a donde quieres. Hacer esta nueva ola de televisión se siente y se ve mucho más parecido al cine.
¿Ella sabe cómo se ha ido desarrollando este personaje?
No. No sabe nada. La verdad es que hablamos al principio, yo no me había metido en el proyecto bien, bien y en cuanto me metí, yo no tenía ni idea de cómo iban a abordar la historia, porque evidentemente no es la historia de ellos dos, es la historia de él y esto sólo es un capítulo de su vida, muy importante, pero es un capítulo.
Entonces yo no podía prometer nada; por más que fuera mi amiga, yo no le podía decir que todo iba a estar bien porque no tenía ni idea de qué iban a escribir.
Yo creo que les va a gustar mucho la serie, porque si tiene algo es que es muy honesta, y aunque la honestidad es difícil, pues es lo que nos genera compasión y vamos a ver a unos personajes bien humanos, que les duelen las cosas y que sienten. Siento que una cosa que destacaría de la serie es que se traducen muy bien los personajes.