No hay bebida que sea tan amada y representativa de México como lo es el tequila, uno de los grandes favoritos a la hora de disfrutar de un delicioso destilado.
El tequila es una de las bebidas con las que logras un maridaje perfecto: puede acompañar desde la botana hasta un delicioso postre, por esta razón se convierte en un protagonista de tu cava personal, más aún cuando hablamos de un tequila blanco elaborado artesanalmente de agave azul.
Elegir el tequila adecuado tiene su arte y conocer a detalle las características que te conviene buscar es un plus que te ayudará a tener el adecuado y deleitar tu paladar y el de quien te visite, en momentos especiales.
Cómo se crea un gran tequila
Buscar expertos siempre es el mejor camino para una buena elección, por eso te conviene poner tu mirada en Tequila Siete Leguas que celebra 70 años de historia y se distingue por seleccionar un buen agave azul en su etapa exacta de maduración, tras el paso de 10 años de crecimiento, en el caso del agave criollo.
Los agaves criollos son agaves azules (Tequilana Weber), lo que los hace únicos es que crecen “ a la buena de la naturaleza”, de manera silvestre justo en las laderas de los cerros. Las pendientes ayudan a que el agua siga su camino e hidrate solamente lo necesario y de esta manera no se pudren las raíces, lo que provoca que la planta madure con lentitud y produciendo una piña pequeña ¡pero de mayor sabor y concentración de azúcares!
Lo que hace tan especial su tequila es que en su elaboración siguen un proceso de cocción con la misma paciencia y dedicación que en una cocina: mientras más despacio cuecen las piñas de agave es mejor, por eso la realizan durante 3 días en pequeños hornos hasta que se extraen los preciados jugos del agave.
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Cuando de tequila artesanal se habla, la tahona, un molino de piedra que se utilizaba desde la antigüedad, es el elemento principal a la hora de la molienda el cual es una especie de molcajete enorme con una rueda de poco más de 2 toneladas, la cual gira para extraer el jugo y macerarlo lentamente con la propia fibra del agave. En Siete Leguas utilizan este molino desde 1952 y hasta la fecha.
La fermentación es un paso determinante en la calidad del tequila, cuando se hace de manera natural, con levaduras salvajes que sean propias del ambiente de la destilería, el resultado es increíblemente superior a comparación de cuando se hace con levaduras añadidas.
Después se somete al proceso de destilación en dos etapas: la primera es conocida como “destrozamiento”, en la que se elimina el agua y se concentra el alcohol del mosto para obtener el “ordinario”, que aún no es tequila; y la segunda es la “rectificación”, mediante la cual se separan los alcoholes más finos para obtener el tequila 100% de agave.
Ahora que sabes cómo se realiza un buen tequila es momento de buscar la ocasión ideal para disfrutarlo, que puede ser cualquiera: desde una noche en la que deseas disfrutar a solas de la lectura, una cena con tus amigos, para cerrar un buen negocio o en una carne asada en domingo. Y en todas ellas no habrá mejor elección que la Edición Especial Limitada que Casa Siete Leguas ha elaborado para festejar su aniversario número 70: un tequila blanco hecho de agaves criollos, emulando el primer lote de Siete Leguas que se produjo en 1952, producido exclusivamente con tahona y 42% de Alcohol en Volumen.
¡Indudablemente será una experiencia que no te querrás perder!
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