Griselda Blanco, conocida como La viuda negra o La madrina de la cocaína, ha vuelto a captar la atención del público tras el estreno de una serie en Netflix que narra su vida y está protagonizada por Sofía Vergara.
Blanco, que se destacó en el mundo del narcotráfico antes que figuras como Pablo Escobar, es recordada no solo por su imperio criminal, sino también por su vida familiar, marcada por tragedias y relaciones turbulentas.
El inicio de la leyenda de Griselda Blanco
Nacida en 1943 en Cartagena, Colombia, Griselda Blanco tuvo una infancia difícil que la llevó a liderar una banda de carteristas en Medellín a una edad temprana.
Su primer matrimonio fue con Carlos Trujillo, con quien tuvo tres hijos y emigró a Estados Unidos. La muerte misteriosa de Trujillo le otorgó a Blanco su primer apodo, La viuda negra.
Ascenso en el mundo del narcotráfico
Su segundo esposo, Alberto Bravo, la introdujo en el tráfico de cocaína. Juntos, llevaron el negocio a otro nivel, utilizando una fábrica de lencería como fachada para sus operaciones ilícitas. La relación terminó en violencia cuando Blanco asesinó a Bravo tras descubrir su infidelidad y traición.
El último amor y la tragedia de Griselda Blanco
Darío Sepúlveda fue el último esposo de Blanco y padre de su hijo Michael Corleone, nombrado así por el personaje de “El Padrino”, la novela de Mario Puzo que saltó a la fama por la trilogía de películas de Martin Scorsese.
La relación, inicialmente unida por el amor y el crimen, terminó con el asesinato de Sepúlveda por órdenes de Blanco, marcando otra trágica página en su vida familiar.
Una vida marcada por la violencia
La historia de Griselda Blanco está llena de episodios violentos, no solo en su carrera criminal, sino también en su vida personal. Sus matrimonios estuvieron plagados de traiciones y su respuesta a estos conflictos fue siempre la violencia, lo que finalmente llevó a su propio asesinato en 2012.
El legado de Griselda Blanco
La vida de Griselda Blanco, más allá de su carrera criminal, refleja una compleja trama de relaciones familiares y personales marcadas por la ambición, la traición y la violencia.
Las fotos familiares de Blanco, sus esposos e hijos revelan el lado humano de un personaje que, a pesar de sus crímenes, fue una madre, esposa y mujer que vivió en constante lucha por el poder y la supervivencia.
La serie de Netflix, al igual que la cobertura mediática de su vida, ofrece una mirada al interior de la vida de Blanco, más allá de su notoriedad como criminal. A través de estas narrativas, el público puede vislumbrar la complejidad de una figura que, aunque vilipendiada por sus acciones, sigue fascinando por su historia personal y su impacto en la historia del crimen organizado.