¿Qué mensaje nos deja La maldición de Bly Manor? Te explicamos el final de la serie que ha arrasado en Netflix.
Mike Flanagan ha vuelto a llevar el terror a lo más alto de Netflix con ‘La maldición de Bly Manor’, la segunda entrega de saga antológica de casas encantadas que comenzó con ‘La maldición de Hill House’.
Fantasmas del pasado acechan en esta mansión maldita que ha arrasado en Netflix. Una miniserie cuyo desenlace logra explicar los orígenes de este tenebroso círculo de muerte.
((ATENCIÓN: ESTA NOTICIA CONTIENE SPOILERS))
Para entender el final de ‘Bly Manor’, el octavo y penúltimo episodio es clave, porque se explica el origen de la maldición y del fantasma de la Dama del Lago, un espíritu lleno de rencor que mata a todo aquel que entra en sus dominios, aumentando así las almas que quedan atrapadas en la mansión.
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En el siglo XVII, la mansión la habitaban las hermanas Viola y Perdita Willoughby (Kate Siegel y Katie Parker). Ambas deciden mantener el legado familiar tras la muerte de su padre. Por ello, Viola decide contraer matrimonio con Arthur, un primo lejano (Martin McCreadie), con quien tuvo a su hija Isabel.
Sin embargo, tras dar a luz a su hija, Viola enferma gravemente. Después de que el médico le anuncie de que le quedan pocos meses de vida. La mujer se niega a rechazar su destino, renunciando a morir, provocando que su vida, así como también su enfermedad, se prolonguen durante seis años.
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Esto colma la paciencia de su hermana. Durante todo este tiempo, Perdita ha ido convirtiéndose en una mujer rencorosa y llena de celos, debido a que también amaba al esposo de Viola. Por eso, un día, cansada, decide asfixiarla.
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Sin embargo, esto no provoca que el alma de Viola marche al más allá. Tal es su deseo de permanecer en Bly Manor, que su espíritu acaba en el cofre donde quedan guardados los vestidos y las joyas que la mujer pensaba dejar en herencia a Isabel.
Debido a problemas financieros, Perdita decide abrir el cofre para vender parte de la herencia de Isabel (Dakota Guppy), liberando así al fantasma de Viola, cuyo odio y rencor provoca que mate a su hermana. Arthur, al encontrar el cuerpo de su segunda esposa, teme que el cofre esté maldito y decide lanzarlo al lago, dando lugar a la leyenda.
El fantasma se quedó vagando eternamente tanto en el lago como en sus alrededores, buscando a esa hija que el destino le arrebató. Como con el paso del tiempo los espectros pierden su rostro y su memoria (acaban siendo almas autómatas), la Dama del Lago se convierte en un espíritu muy peligroso, cuya ira y rencor están desatados y mata a todo aquel que se interpone en su camino.
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Con la historia de la maldición de Bly Manor revelada, Viola intenta acabar con la vida de la protagonista, Dani (Victoria Pedretti), provocando que Flora (Amelie Bea Smith), que ya no estaba poseída por Rebecca (Tahirah Sharif), se interponga para salvar a su institutriz.
Por eso, el fantasma decide llevarse a la pequeña con él, pues su propósito es encontrar a su hija. Para evitar que la niña se convierta en una víctima más, Dani deja que el espíritu de Viola habite en su cuerpo, liberando así a las almas que habían acabado bajo las garras de la maldición.
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El señor Wingrave (Henry Thomas) regresa y decide cuidar a sus sobrinos, marchándose de esa tenebrosa mansión. El cocinero Owen (Rahul Kohli) y la jardinera Jamie (Amelia Eve) encuentran el cadáver del ama de llaves, Hannah (T’Nia Miller), quien había asesinada por Peter (Oliver Jackson-Cohen) y que su presencia en la serie había sido la de un fantasma.
Cinco años después, todos han conseguido rehacer su vida. Dani vive con Jamie, que se ha convertido en su novia; los pequeños Miles y Flora no recuerdan lo sucedido en Bly Manor y Owen tiene su propio restaurante en Francia. Pero no todo es de color de rosa. El fantasma de Viola sigue habitando en Dani y la mujer se da cuenta de que está comenzando a poseerla cuando un día se despierta y ve que su mano está alrededor del cuello de su pareja.
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Por ello, Dani hace un último acto de amor. Para evitar que el espíritu sin descanso vuelva a desatar el mal, se marcha y decide lanzarse al lago, tomando así el lugar de Viola. Posteriormente, se ve que la narradora es Jamie ya anciana, que ha asistido a la boda de Flora. Tras el festejo, Jamie espera reunirse algún día con Dani, quien la cuida mientras duerme.
Finalmente, ‘La maldición de Bly Manor’ es un acto de amor, pues el rencor y la ira del fantasma original, el de Viola, es sustituido por el de una mujer que se sacrifica para evitar que el mal siga desatado y que sus seres queridos puedan vivir. Un final trágico pero esperanzador, algo inusual en las producciones de terror.