Parece imposible pensar en Beyoncé sin visualizar a la icónica artista en la que se ha convertido en los últimos 10 años. Su éxito es fruto del arduo trabajo y empeño que la cantante ha puesto en su carrera, esforzándose constantemente en mejorar y darle a sus fans espectáculos y lanzamientos de una calidad suprema.
Estas ganas constantes de mejorar y perfeccionar cada rasgo sobre su faceta vienen de tiempo atrás, incluso mucho antes de que saltara al estrellato mundial, específicamente en el primer empleo de Beyoncé, época que marcó significativamente su vida.
El sorprendente primer trabajo de Beyoncé durante su juventud
Recientemente, Queen B reveló que padece una enfermedad incurable desde su infancia, con la que aprendió a lidiar gracias a la estrecha relación que ella y su familia siempre han tenido con el mundo capilar.
Precisamente a este ámbito se remonta la historia del primer trabajo que tuvo, del que además de una recompensa económica, obtuvo grandes lecciones que sigue poniendo en marcha actualmente.
De acuerdo con las memorias que Beyoncé ha compartido en distintas oportunidades, el empleo con el que inició su vida laboral fue como barrendera y limpiadora, mismo que desempeñó en el salón de belleza de su madre, la señora Tina Knowles.
Cómo una cliente fue parte crucial en el despunte artístico de Beyoncé
La emblemática cantante, que recientemente estrenó su propia línea de cuidado capilar, también tenía la oportunidad de conversar con quienes iban al salón, que al saber que se trataba del primer empleo de Beyoncé, aprovechaban para darle algunos consejos sobre la vida misma, los cuales jugaron un rol fundamental en su salto a la fama.
Entre las conversaciones que tuvo con una de las mujeres que frecuentaban a Tina, Beyoncé quedó marcada con las anécdotas de una cantante de ópera que le contaba sus aventuras por todo el mundo.
“Me cautivaron sus historias sobre un viaje reciente a Alemania. Recuerdo que le dije a mi madre que quería ser como su clienta”, contó la estrella pop en en una charla con Essence.
Ese deseo se impregnó a tal grado en Beyoncé, que lo mantuvo como una meta fija que recordó como motivante durante sus primeros pasos dentro del mundo artístico, poco antes de integrarse a Destiny’s Child, agrupación con la que despuntó en los años 90.