Eugenio Derbez está celebrando 50 años de trayectoria con el estreno de su nuevo proyecto, la película Radical, donde le da vida a un profesor.
El famoso aprovechó para platicar sobre los detalles de la película que está basada en hechos reales y también confesó que no todo en su carrera ha sido color de rosa, pues el actor Ignacio López Tarso rechazó participar en el proyecto “No Se Aceptan Devoluciones”. Eugenio reconoció que dirigir ha sido lo más retador en su carrera arística, debido a la serie de decisiones que se tienen que tomar.
“Dirigir. Para mí es lo más creativo y lo más difícil porque estás envuelto en todas las decisiones, desde el vestuario, hacer que los actores hagan la interpretación que quieres, se me hace lo más complicado de todo. He descubierto que la dirección es lo que más me gusta, aún más que la actuación”, expresó.
En este sentido, mencionó que han sido muchas las veces que le han dicho “NO”.
“Me han dicho que “no” mil veces, no te puedes imaginar cuántas, y a todos los niveles. Incluso ahora, a estas alturas de mi carrera. Cada vez que hago una película o una serie, algunos actores me dicen que no. Hay razones muy extrañas, puedo contar de anécdotas muy simpáticas, por ejemplo, recuerdo que una vez le llamé a Ignacio López Tarso, para actuar en No se aceptan devoluciones, le dije: “es una película preciosa, pensé en usted”, le mandé el guión y pensé “ya lo tenemos”, sin embargo, a la hora me habló por teléfono y me puso una regañiza. Me dijo que cómo me atrevía a llamarlo para un cameo, que él era Ignacio López Tarso y que cómo me atrevía a ofrecerle un papel de ese tamaño. Se lo supliqué pero no entendió. De esas puedo contar miles”.
Eugenio Derbez se sinceró sobre su personalidad, y mencionó que a pesar de ser un hombre famoso es demasiado introvertido desde que era un niño, algo que podría sorprender a muchos que lo han visto desenvolverse con naturalidad en las pantallas.
“Siempre fui un niño introvertido, y creo que lo sigo siendo, si tú me ves en una fiesta, siempre estoy en un rincón y no quiero hablar con nadie. Soy la decepción más grande, (risas) voy a una fiesta y dices, ¿ese es Eugenio? Cuando me volví comediante, mi mamá decía: ¿qué te pasó? ¿de dónde? Mi mamá era muy simpática, a diferencia de mi papá, pues él era muy serio, tú lo veías y daba miedo; mis amigos decían: “me da miedo tu papá”, siempre tenía cara seria, pero sacaba todos los chistes del mundo. Mi mamá era conocida por llorar en las novelas y todo eso, pero llegaba a la casa y decía, “yo soy una mujer muy alegre, no me gusta llorar”.