Tenía 11 años cuando Fernando Schwartz fue a concursar a uno de los programas más vistos de la televisión mexicana… Lo demás es historia.
A los 15 años uno no tiene vergüenza, ni reparo ni miedo a nada. Especialmente si te apasiona algo… y cuando eres un niño de secundaria que juega a ser reportero, pero se lo toma con seriedad. Eso fue lo que pasó por la mente del quinceañero Fernando Schwartz cuando supo que Pelé estaba en México y quiso entrevistarlo para el programa de radio Comentando el Futbol.
Intentó por la vía formal, pero el mánager del astro brasileño –que en los 70 estaba en su apogeo– se la negó. “Entonces le llamé a la habitación, me lo comunicaron y le pregunté si podía entrevistarlo; me dijo que sí y que subiera en 15 minutos”. Lo curioso de la anécdota es que a Fernando se le trabó la cinta del casete (sí, de los grandes) y el propio Pelé la arregló. “Estoy muy nervioso, me repites la pregunta”, dijo el goleador brasileño… no el pequeño Fernando. Pero como infancia es destino, la historia no comenzó ahí, sino en un programa de concursos.
¿Cómo fue que concursaste en El Premio de los 64 mil pesos?
Fui por metiche con mi hermana la mayor, que ya falleció, a inscribirse a ese programa; llegabas con tu tema propuesto y te llamaban o no, ella llevaba el de Vida y Obra de Rosario Castellanos; era en Publicidad Salas donde te daban un cuestionario enorme (aún lo tengo), y mientras ella lo llenaba le pregunté a la secretaria si un niño de 11 años podía concursar y me dijo que sí. Me dio mi cuestionario con el tema de futbol mexicano de 1969 a 1971, para acotarlo, y me llamaron a los dos meses; a mi hermana cinco años después. Eso sí, ella sí ganó los 64 mil pesos, yo me retiré a los 16 mil pesos.
¿Cómo llegaste a tu primer trabajo en la radio?
A los 15 años. El 28 de agosto de 1974 en la redacción del programa Comentando el Futbol que conducía Jesús Domínguez y en el que nos dio oportunidad a muchos jóvenes, no nos pagaba, nos abría el micrófono. Caí con él de carambola porque yo había estudiado teatro con Judy Ponte y en un festejo en la ANDA me presentaron a Marco Aurelio Moncada que era locutor de la W y me dijo que se acordaba del programa y quería presentarme a Jesús [Domínguez]. Luego estudié la carrera en la Escuela de Periodismo Carlos Septién.
¿Qué hacías en Comentado el Futbol a esa edad?
Iba a leer una cuartilla que preparaba en la semana, pasaba a las seis de la tarde; luego me mandó de corresponsal al Estadio Azteca durante los partidos el fin de semana. El programa apenas desapareció, después de 72 años de transmisión tras la muerte de don Jesús. De ahí salieron Gerardo Peña y Francisco Javier González y muchos otros comentaristas famosos que pasaron después.
¿Cómo llegaste a Televisa?
Un primo mío trabajaba en Valores Juveniles Bacardí Y me presentó con Othón Vélez, que era vicepresidente de ventas, él me mandó con alguien más y total que fui a dar con Emilio Diez Barroso, quien me puso en el área de noticieros; estuve un año de aprendiz y a los 15 días me mandaron a conducir 24 Horas de los sábados con Virginia Lemaitre (Virginia Sendel), porque les gustó mi chamba.
¿Y la relación tan estrecha con Jacobo Zabludovsky cómo nació?
Yo ya le llevaba los scripts para revisar cuando su titular era Jorge Berry, quien se fue al Mundial de Argentina 78 y me quedé como su suplente con López Dóriga y Lolita Ayala, que también sustituían a Jacobo. Pero mi plataforma de lanzamiento fueron los Juegos Olímpicos de Moscú 1980 y el gobierno soviético no tenía mucha tecnología… entonces hacíamos un programa de 10 horas entre México y Rusia, en él yo era el único reportero y debía jerarquizar la información. Cuando regresé, Jacobo me llamó y me dijo que me fuera de vacaciones un mes porque me iba a nombrar el reportero de 24 Horas.
¿Cómo lograste convencer a Diego Armando Maradona de ir al estudio de 24 Horas?
Jacobo tenía una forma particular de presionar, me dijo: “Hoy llega a México Maradona, vete al aeropuerto y si llegas sin él ni regreses”, a Valentina Alazraki le dijo algo similar con Juan Pablo II. El presidente de Boca Juniors era supersangrón; afortunadamente venía Vladislao Cap que había dirigido en el Jalisco y él me acercó con Diego, que obviamente me bateó; pero se me prendió el foco y le dije: “¿Tienes 22 años? Yo también y así como tú quieres triunfar en las canchas yo quiero triunfar en lo mío y si no te llevo me corren y todavía soy joven”. Le di en el corazón y aceptó. Lo llevé en el Mustang de Jorge Berlanga (el representante), cuando Jacobo lo vio entrar al estudio se rió. Al terminar Diego me dijo: “Me debes una… quiero que me presentes a Mariana”. Se refería a Verónica Castro, que así se llamaba en Los ricos también lloran y la conseguí para que fuera a dar la patada inicial al partido. Hace poco subí la foto a Twitter y Vero la comentó.
¿Te reconocen en la calle? Tienes una voz muy característica…
Sí, pero por la voz. Ahora me doy cuenta de que no ha cambiado ni el tono, ahora que renové mi look, con solo escuchar mi voz me identifican. Es algo que Dios me dio… Tomé clases de canto para vocalizar y saber usar mi diafragma y no desgarrarme la garganta en las narraciones. Narré futbol muchos años en Televisa, en ESPN Liga Premiere y en Fox Bundesliga. Me tocó la final del Mundial de Perú Sub-17 que México fue campeón con Chucho Ramírez; también acudí a muchos clásicos y partidos importantes, pero con lo que más me recuerda la gente es con los Olímpicos.
¿Qué personaje es al que más te ha emocionado conocer?
A Juan Pablo II, en el Mundial de Italia 90. Hubo una audiencia con todo el equipo de Televisa pero no pude ir porque me enviaron a un congreso de la FIFA, así que le pedí a Valentina Alazraki que me consiguiera ir a otra; me llevó a una de embajadores y pude saludarlo. Era un personaje mundial que quería conocer, me dio la mano y me emocioné siendo yo judío, era un hombre que irradiaba una energía fuerte.
¿Y tu mejor entrevista?
Esa no sé cuál podría ser, pero sí el personaje más importante con el que hice una entrevista fue Nelson Mandela el día de la Convención del Consejo Mundial de Boxeo en Sudáfrica gracias a José Sulaimán. He hecho buenos amigos, he tenido relaciones profesionales que me han dejado muchas satisfacciones y, sin duda, amo mi carrera.
¿Cuándo decidiste hacer un libro sobre tu carrera?
Quise hacerlo porque un día empecé a digitalizar mis fotos y varias se habían perdido en mudanzas. Es un libro digital de 400 páginas que son básicamente fotos con anécdotas; salió a finales de octubre con Rodrigo Porrúa. Cuando lo vi terminado pensé en que soy muy afortunado porque trabajo en lo que quiero y además me pagan; me he mantenido vigente contra viento y marea y ya decidí que seguiré hasta donde pueda. Estoy fuerte, bien de salud, conservo mi voz, me cuido. En los Juegos Panamericanos de Lima me fui a matar como al principio (risas). Nunca he creído que pude haber hecho otra cosa.
¿Con quién te sigues llevando de Televisa?
Con Toño de Valdés y Enrique Burak, aunque no los veo mucho, con José Luis Adame de Tv Azteca también, porque coincidimos en bastantes Olímpicos.
¿Y te hablas con Javier Alarcón?
Fíjate que me invitó a su programa de YouTube hace poco y me sorprendió; nunca tuve nada contra él, pero no éramos cercanos. Lo que hoy sé es que hay que cerrar círculos. Si yo me equivoqué con alguien en el pasado siempre ofreceré disculpas, hay quien las acepta y quien no. Pero no creo en los rencores ya; alguna vez fui impulsivo y nunca me dejaba, tenía pocas pulgas, pero ya no.
LOS FAVORITOS DE FERNANDO SCHWARTZ
- Mejor amigo Gerardo Liceaga desde que estudiamos la carrera
- Bebida Coca Cola Light
- Comida Carne asada
- Canción “My Way” de Frank Sinatra
- Equipo La Selección Mexicana
- Mascota No tengo, pero me gustan los perros y me encantan los Chihuahua
- Auto Cualquier VW que nunca te dejan tirado