La cantante Paulina Rubio se enfrenta a una nueva batalla legal con una de sus exparejas por impedirle supuestamente ver a su hijo.
En esta ocasión Paulina Rubio no ha sido demandada por su exmarido Nicolás Vallejo-Nágera quien ha recurrido a la justicia para reclamar que cumpla con el acuerdo sobre la custodia de su primogénito Nico, sino su antiguo novio Gerardo Bazúa, con quien tuvo al pequeño Eros durante el tiempo que duró su relación sentimental.
El cantante mexicano, que conoció a la chica dorada en 2013 mientras participaba en el concurso ‘La Voz’ en el que ella ejercía como coach, acaba de interponer una demanda en su contra en Miami, según asegura el programa ‘Suelta la sopa’ de Telemundo.
La representante legal de Bazúa ha confirmado que, en el momento de la ruptura, la antigua pareja no pactó un régimen de visitas e insiste en que el intérprete lleva un año y medio sin poder reunirse con su hijo. Su intención es conseguir que un juez garantice su derecho a ver al menor.
Al parecer, los funcionarios de la justicia de Miami han tratado de entregar a Paulina la notificación de la demanda hasta en once ocasiones, todas ellas sin éxito.
Este nuevo problema legal para la intérprete llega tan solo unos días después de que protagonizara un polémico directo de Instagram en el que hizo gala de un comportamiento errático que muchos atribuyeron al consumo de drogas.
Gerardo estaría preocupado por el bienestar de su retoño y pone en entredicho en los documentos legales que ha presentado la capacidad de Paulina para ocuparse en solitario del niño.