Tras el controvertido nombramiento del cantante country Blake Shelton el año pasado, Idris Elba acaba de ser coronado como el Hombre Más Sexy del Mundo por la revista People en una nueva era en la que ya no resulta suficiente con tener unos abdominales marcados y una sonrisa bonita, aunque eso también ayude, por supuesto. Los parámetros que sigue ahora la publicación, que comenzó a elaborar este número especial en 1985 con un entonces jovencísimo Mel Gibson como protagonista, se centran menos en el físico y más en encontrar una estrella en alza que haya demostrado ser respetuoso con las mujeres y una persona amable y generosa de espíritu en general, unas cualidades que al parecer el intérprete británico reúne en abundancia. “No me lo podía creer, en serio. Incluso me miré en el espejo, para comprobar mi aspecto. Y la verdad es que tuve que reconocer que ese día en concreto estaba bastante sexy. Pero para ser completamente sincero, fue una sensación agradable. Se trató de toda una sorpresa y sirvió para subirme un poco el ego”, ha confesado él acerca de su nombramiento, que en su caso resulta aún más merecido al haber tenido que trabajar duro para pasar de ser un patito feo a uno de los artistas más deseados de la industria.
“Era un chico muy alto y delgado, y encima me llamaba Idrissa Akuna Elba, ¿me comprendes? Se metían un poco conmigo... pero en cuanto pude dejarme crecer un bigote, me convertí en el crío más interesante del barrio. Solo tienes que dejarte bigote, añadir unos cuantos músculos y ya está. Es una locura, pero así es”. Cuando no está haciendo de tipo duro en la pequeña y gran pantalla -el actor de 46 años se ha convertido en uno de los policías más populares de la televisión gracias a la serie ‘Luther’ y se rumorea que podría ser el próximo James Bond-, boxeando o dedicándose a su carrera paralela como DJ, Elba dedica todo su tiempo a ejercer de padre de sus dos retoños, una adolescente de 16 años y un niño pequeño de 4 que sacan a relucir su lado más tierno. “Presenciar el nacimiento de mis hijos ha sido el momento más grandioso y maravilloso de toda mi vida. Soy un padre muy cariñoso, me encanta dar besos, abrazos y decirles que les quiero constantemente. Estoy seguro de que mi hija mayor piensa que necesito calmarme un poco, pero al menos mi hijo todavía está en esa edad en la que le encantan los mimos y las carantoñas”.