Fue a inicios de los 2000 cuando Jake Gyllenhaal saltó formalmente a la fama y se convirtió en una de las más grandes promesas de Hollywood gracias a su protagónico en “Donnie Darko”. Esta cinta le dio la oportunidad de demostrar sus dotes histriónicos y comprobar que, contrario a lo que se llegó a decir sobre él, no era solo una “cara bonita” que estuviera ahí por su atractivo físico o por influencias de su familia.
Lo cierto es que siempre se ha pensado que todo en la vida de Gyllenhaal es perfecto, pues a simple vista es alguien que tiene todo para triunfar. Sin embargo, lo que pocos saben es que el actor tiene una condición de salud con la que ha tenido que lidiar prácticamente toda su vida, pues desde su infancia fue declarado “legalmente ciego”, algo que sí ha influido en la forma que desarrolla su carrera.
Jake Gyllenhaal habló como pocas veces de su ceguera
Durante una reciente conversación con The Hollywood Reporter, Jake, recordado por su participación en “Secreto en la montaña”, habló de su diagnóstico de ceguera, mismo que está avalado por profesionales.
Se sabe que fuera de cámaras, el artista tiene que usar lentes de armazón, ya que de no hacerlo, además de que no puede ver nada con claridad, se expone a que su problema se agudice aun más. Mientras que cuando está grabando, asiste a algún evento o hace sesiones de fotos, opta por llevar pupilentes, que no siempre son la alternativa ya que por lo alto de su graduación este método no es tan funcional.
Sobre su diagnóstico, Gyllenhaal explicó que a los seis años le fueron recetados lentes correctivos, puesto que se determinó que había nacido con un “ojo vago”, que según el National Eye Institute, es un tipo de visión deficiente que inicia en solo uno de los ojos y, aunque puede corregirse, no siempre ocurre así y obliga a los pacientes a seguir minuciosos tratamientos para que puedan gozar de una correcta visión.
El actor profundizó sobre si esto le ha afectado en el plano artístico
Pese a lo complicado que puede ser desenvolverse en un rodaje sin ver todo nítidamente, Jake no considera que en su caso, su diagnóstico de ceguera haya sido un problema para actuar. “Me gusta pensar que es una ventaja, nunca he conocido nada más. Cuando antes de ponerme las gafas por la mañana no puedo ver, es un lugar donde estoy conmigo mismo”, explicó el histrión de 43 años, que incluso ha recurrido a esta condición cuando algún papel le exige concentrar sus energías en otros de sus sentidos.