En su última entrevista, Janet Jackson ha dejado de lado sus planes profesionales a corto plazo, que incluyen la publicación de cinco de sus antiguos álbumes en formato vinilo y el tramo actual de su exitosa residencia en Las Vegas, para centrarse en su papel más importante hasta la fecha: el de madre.
Hasta ahora la cantante se había mostrado muy cauta a la hora de hablar en público de su hijo de dos años Eissa, a quien tuvo con su ex Wissam Al Mana tan solo tres meses antes de que anunciaran su separación, pero ahora se ha sincerado acerca de su experiencia en la maternidad para reconocer que no le ha resultado sencillo afrontar esa aventura en solitario.
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“Es muy duro ser una mamá trabajadora. No tengo una niñera, lo hago todo yo sola. Si mi madre fue capaz de criar a nueve niños, no hay razón por la que yo no vaya a poder hacerlo también. Cuando estoy trabajando siempre hay alguien que se ocupa de él, por supuesto, pero en el día a día estamos solos mi bebé y yo”, ha explicado en una conversación con el suplemento Stellar del periódico Daily Telegraph, en la que reconoce que a ratos encuentra su actual situación abrumadora. “Mi vida ha cambiado, pero mi hijo es la prioridad, obviamente”.
Por otra parte, Janet también ha desvelado que su retoño ha heredado los genes musicales del clan Jackson y que a su corta edad ya se maneja con soltura con el violín después de que ella le regalara uno tras percatarse de que intentaba tocar su guitarra de juguete usando una baqueta de batería como arco.
“Duerme con el violín, y no se separa de él ni para desayunar, comer o cenar. Al principio le enseñaba en el iPad videos de niños prodigio, pero ahora ya sabe buscarlos él solito. Y es capaz de crear melodías”, ha asegurado con orgullo.