La actriz Jennifer Aniston ha puesto de manifiesto en infinidad de ocasiones a lo largo de su carrera la indignación que le genera el enfoque con el que ciertos sectores de la prensa del corazón hacen referencia a su historial de desengaños amorosos o al propio hecho de que nunca se haya animado a tener hijos, criticando ante todo el tufillo sexista que desprenden al sugerir que no habría ‘cumplido’ con sus objetivos como mujer. Sin embargo, en esta ocasión ha sido la propia intérprete quien ha querido abordar personalmente la actitud con la que afrontaría -curiosamente ahora que vuelve a estar soltera- una hipotética incursión futura en la maternidad, revelando abiertamente que le “aterra” la idea porque considera que quizá no sea la persona adecuada para vivir ese tipo de experiencia.
A Aniston le aterra ser madre
“Para serte totalmente sincera, me parece una perspectiva aterradora [la de ser madre]. Hay gente que está hecha para convertirse en esposas y tener bebés, pero yo no sé si yo tengo el instinto para ello, no estoy segura de que saliera de mí de forma natural”, ha confesado la que fuera protagonista de la serie ‘Friends’ en conversación con la revista Elle, para la que protagoniza la portada y la entrevista principal de su próximo número. La afamada intérprete, reacia por lo general a dar demasiados detalles sobre los entresijos de su vida sentimental, no ha tenido reparo en pronunciarse esta vez sobre los dos matrimonios fallidos que tiene a sus espaldas, el que mantuvo con Brad Pitt hasta 2005 y el que le unió al también actor Justin Theroux hasta febrero de este año.
Y puede que lo más sorprendente de sus declaraciones es que los haya calificado a ambos de “exitosos”. “Creo que mis matrimonios fueron muy exitosos, en mi humilde opinión. Y cuando los dos llegaron a su final, fue el producto de una decisión meditada en la que las dos partes elegimos ser felices, y a veces la felicidad no se encuentra dentro de un matrimonio”, ha reflexionado en la misma charla para subrayar, a continuación, la necesidad de no dar demasiado dramatismo a la conclusión de una relación amorosa e incluso de un proyecto de vida en principio concebido para durar toda la vida. “Por supuesto que hubo muchos baches y que no todo fue fantástico, pero en último término solo tenemos una vida que vivir y hay que disfrutarla al máximo. No pienso quedarme en una situación en la que no me siento cómoda solo por miedo a no ser capaz de sobrevivir sola. Cuando algo no funciona se acaba y ya está. No es necesariamente un fracaso, creo que tenemos que librarnos de ciertos clichés y convenciones sociales que son fruto de mentes estrechas”, ha aseverado.