A principios del pasado verano comenzó a rumorearse por primera vez que Jennifer Lawrence podía tener un novio ‘secreto’, el primero que se le conocería desde su ruptura con el cineasta Darren Aronofsky. La identidad de ese misterioso hombre no tardó en desvelarse: se trataba de un experto en arte llamado Cooke Maroney que no formaba parte de la industria del cine.
Jennifer Lawrence y su prometido Jenn
En su lugar, el nuevo chico de la famosa actriz trabaja en la prestigiosa galería neoyorquina Gladstone 64 y a través de su empleo cuenta con conexiones con el mundo del entretenimiento -uno de sus clientes más famosos es el padre de Lena Dunham, el artista Carroll Dunham-, pero no fue así como conoció a su futura esposa.
Según apuntan varios informantes, la encargada de presentarlos fue la mejor amiga de la intérprete, Laura Simpson, y en septiembre quedó claro que su relación sentimental se había consolidado por completo cuando asistieron juntos a la premiere en Nueva York de la película ‘La Favorita’, donde coincidieron con dos ex de Jennifer: Aronofsky y el actor Nicholas Hoult, uno de los protagonistas de la cinta. A partir de aquel momento la pareja comenzó a relajarse considerablemente y empezó a ser habitual verles juntos en público. Precisamente durante una de esas salidas en las que fueron fotografiados por los paparazzi surgieron los rumores -confirmados ahora por el representante de ella- de que se habían comprometido ‘por culpa’ del impresionante anillo que Jennifer lucía en el dedo anular. Sin embargo, parece poco probable que ninguno de los dos se vaya a animar a dar más información al respecto en vista de la discreción que les caracteriza: la actriz es famosa por evitar a toda costa las redes sociales para proteger su vida personal y, aunque su prometido sí cuenta con un perfil de Instagram, es privado.