Jennifer Lawrence reveló sus secretos para verse siempre bien sin necesidad de dietas estrictas. A diferencia de otras muchas celebridades que no se lo piensan dos veces antes de lanzarse de lleno a esas dietas híper rígidas que acaban derivando en semanas o meses de constante sufrimiento, la oscarizada Jennifer Lawrence tiene muy claro que ningún régimen alimenticio puede ser lo suficientemente milagroso o efectivo como para forzarle a abandonar sus puntuales caprichos y su deseo de disfrutar al máximo de la vida a través de la comida.
“No me gusta cuando la gente dice: ‘Es que yo solo como esto o lo otro’. Yo como y suelo comer de todo. No soy una persona de dietas estrictas. Si quiero una porción de pizza en un momento dado, pues me como un trozo de pizza. Lo que sí hago es incrementar la intensidad de mis entrenamientos, porque también quiero que mi cuerpo sea de una determinada manera y hay prendas en las que me gustaría seguir encajando”, ha explicado la extrovertida actriz en conversación con Vogue.
Lawrence y su voluntad de ir al Gym
Más allá de la seguridad en sí misma que ha venido proyectando desde que saltara a la fama a principios de esta década, o de la aparente indiferencia con la que se enfrenta a aquellos cánones de belleza que tradicionalmente ha impuesto la industria de Hollywood, lo cierto es que la afamada artista también ha admitido que, al igual que el común de los mortales, parte de su amor propio y de su autoestima dependen hasta cierto punto de la imagen física que proyecta ante los demás.
“Soy una persona a la que le sacan fotos cuando no lo está pidiendo y, en varias ocasiones, cuando no está preparada para ello [en referencia a los paparazzi], así que por supuesto que existe esa presión adicional a la hora de ofrecer la mejor versión de ti misma. En mi caso, más que limitarme a la hora de comer, prefiero poner esa fuerza de voluntad en el gimnasio y no tener que decir: ‘No, no puedo comer esas cosas’”, ha aseverado en la misma entrevista.