De cara a la propuesta de matrimonio con la que sorprendió a su chica el pasado fin de semana durante un viaje romántico a las Bahamas, Justin Bieber quería asegurarse de contar con el anillo “perfecto” antes de hincar la rodilla en el suelo y pedirle a Hailey Baldwin que se convirtiera en su esposa. En las semanas previas el cantante colaboró junto a sus joyeros de confianza para crear un diseño que fuera del gusto de la joven y que además se ajustara a la perfección a las proporciones de sus estilizados dedos. En total, acabó desembolsando 500.000 dólares por el trabajo de primera calidad que realizaron para él. “Es cierto que él nos ayudó a diseñar el anillo; quería que se adaptara a la forma de la mano de Hailey y creo que lo logramos. El diamante tiene una forma preciosa y personalmente creo que le favorece de verdad. Confió en nosotros para que eligiéramos el diamante adecuado y cuando por fin vio el anillo completo quedó encantado con el resultado. Conocemos bien a Justin, llevamos trabajando con él más de una década, desde que nos presentara su mánager Scooter, con quien también hemos colaborado a lo largo de los años”, ha explicado un portavoz de la firma Solow & Co., Inc. al portal Hollywood Life. En vista de lo mucho que su chico se había esforzado para obtener la alhaja perfecta para ella, Hailey no ha querido que él se quedara -nunca mejor dicho- con las manos vacías, así que este mismo martes organizó un viaje a la tienda Pristine Jewelers de Nueva York para comprarle su propio anillo. Aunque el suyo es un modelo algo más discreto que el que ha recibido la modelo, también incorpora un diamante y las iniciales ‘JB’ del cantante. Por su parte, la futura novia también se llevó a casa una sortija con la palabra ‘Baby’ grabada, lo que bien podría tratarse de un guiño al primer gran éxito musical de Justin Bieber con el que Hailey le conoció al mismo tiempo que el resto del mundo y se convirtió en una ‘belieber’ incondicional siendo tan solo una adolescente.