Por Bang Showbiz @CARASmexico
En las últimas semanas Justin Bieber ha recurrido en varias ocasiones a sus redes sociales para desahogarse acerca de la mala época que estaría atravesando y reflexionar sobre las maneras en que puede mejorar como persona y como marido de cara al futuro. En su última publicación, el cantante de 25 años ha echado la vista atrás para sincerarse acerca de su pasado como la estrella juvenil más conocida de su generación y explicar con sus propias palabras cómo acabó por convertirse en un adolescente sobrepasado por la fama y el dinero que recurría a las drogas o el alcohol como válvula de escape. https://www.instagram.com/p/B17JfkkHEKt/ “Cumplí los 18 años sin tener ninguna habilidad ni experiencia práctica en el mundo real, pero con millones de dólares en el banco y acceso a cualquier cosa que pudiera desear. Cuando uno se para a pensarlo, resulta una perspectiva aterradora para cualquiera, y con 20 años yo ya había tomado todas las decisiones equivocadas que se les puedan ocurrir y pasé de ser una de las personas más queridas y adoradas del planeta a la más odiada, juzgada y ridiculizada”, reza parte del largo comunicado que ha publicado en Instagram, en el que no evita mencionar algunos de los aspectos más controvertidos de aquella etapa: como sus salidas de tono en público, con arrestos policiales de por medio, o sus supuestas infidelidades constantes durante el tiempo que duró su romance con Selena Gomez. https://www.instagram.com/p/B0m0Ox0nyfb/ “Estaba resentido. Comencé a faltarle al respeto a las mujeres y estaba siempre enfadado. Me distancié de todos aquellos que me querían y me escondía detrás de ese individuo vacío en que me había convertido. En aquel momento sentía que nada podría cambiar”. Afortunadamente, como él mismo apunta, el paso del tiempo le otorgó algo de perspectiva y un nuevo sentimiento de humildad que, sumados al apoyo de su esposa Hailey Baldwin, consiguieron sacarle de esa espiral de autodestrucción. “He tardado años en enmendar todas esas malas decisiones que tomé, reparar las relaciones que destruí y cambiar los hábitos dañinos. Por suerte, Dios me ha bendecido colocando a mi alrededor unas personas extraordinarias que me quieren”, aclara. "¡Y el matrimonio! Es una responsabilidad nueva, maravillosa y alocada. Aprendes a tener paciencia, a confiar en el otro, a comprometerte, a mostrar amabilidad y todo lo necesario para madurar como hombre. Eso demuestra que, incluso cuando parece que todo está en tu contra, siempre merece la pena seguir luchando”.