La actriz asegura sentirse bien con sus curvas, pero le preocupa la presión que tienen las niñas sobre su cuerpo en las redes sociales.
La aclamada trayectoria cinematográfica de la oscarizada Kate Winslet supone un claro ejemplo de que, para triunfar y sentirse realizado en el mundo de la interpretación, no siempre es necesario encajar en los rígidos arquetipos que Hollywood ha venido fomentando en lo que a la apariencia física se refiere.
Precisamente por ello, y también por la seguridad en sí misma que exhibe a sus 42 años, la intérprete británica no tiene intención alguna de someterse a estas alturas a los inflexibles ‘cánones de belleza’ que siguen imperando en ciertos sectores de la sociedad.
De hecho, la artista se ha propuesto precisamente todo lo contrario: intentar erradicar la obsesión por la uniformidad estética que, a su juicio, hoy en día se manifiesta de forma más intensa en las redes sociales.
“Sinceramente, no me siento presionada en relación con mi aspecto, sobre todo desde que hace cinco años empezáramos a celebrar y valorar mejor a las chicas con curvas. Lo que sí me preocupa es la presión adicional que sienten las niñas de hoy en día a la hora de lucir siempre ‘perfectas’, y me genera mucha inquietud el efecto que en ello puedan tener las redes sociales para los más jóvenes”, ha confesado a la revista Harper’s Bazaar.
La actriz ha sido atacada por su peso, pero ha sabido reaccionar positivamente ante ello.
En opinión de la estrella de cine, la esfera virtual y las plataformas de interacción social han recogido de alguna forma el testigo del cine y la televisión a la hora de apuntalar en las nuevas generaciones una especie de obsesión enfermiza con el físico y la imagen superficial que, además, parece basarse únicamente en ciertos modelos de referencia que en muchas ocasiones son imposibles de alcanzar.
“Tenemos que ser conscientes de lo perjudicial que pueden ser para la autoestima de los pequeños y para su proceso de crecimiento natural todos estos aspectos de la cultura de las redes sociales”, ha asegurado al respecto la también madre de Mia (17), Joe (13) y Bear (3), antes de revelar que, en su caso, siempre ha sentido predilección por aquellos personajes cuyo rostro refleja los estragos causados por el paso del tiempo o del trabajo duro.
“Siempre me ha encantado dar vida a mujeres que se han visto algo afectadas en el físico por las experiencias que les ha brindado la vida. Además, gracias a ellas te puedes librar por completo de esa necesidad de estar guapa en todo momento, algo que, todo sea dicho, yo nunca he tenido demasiado”, ha manifestado.