El último encontronazo con la justicia de Kevin Spacey se ha producido este lunes y no ha tenido nada que ver con los graves testimonios que han ido surgiendo desde finales de 2017 en relación con la conducta sexual inapropiada que habría desplegado tanto en su vida profesional como personal.
El oscarizado actor tuvo que comparecer ese mismo día en un juzgado del estado de Massachusetts para responder a las acusaciones que realizó hace más un año la presentadora y reportera de Boston Heather Unruh, quien sostiene que el entonces famoso intérprete agredió sexualmente a su hijo de 18 años en 2016 en un bar de Nantucket.
Spacey se declaró no culpable del cargo por un delito grave de asalto indecente y agresión al que se enfrenta en la primera causa criminal que se ha abierto contra su persona, y el juez dictaminó que quedara en libertad sin fianza.
La próxima cita se ha fijado para el mes de marzo, aunque Spacey no estará obligado a acudir personalmente.
Lo que sí ha recibido son órdenes muy específicas de no ponerse en contacto con la supuesta víctima o con sus familiares durante ese tiempo.
Spacey calla ante los medios
Spacey no realizó ninguna declaración ni a la entrada ni a la salida del edificio pese a la fuerte presencia de medios y únicamente se limitó a pronunciar un escueto ‘gracias’ en voz baja cuando concluyó la vista, que duró poco más de diez minutos, tras lo cual puso rumbo a Washington.
Sin embargo, tras aterrizar en el Aeropuerto Metropolitan de la ciudad, la policía dio el alto al vehículo en que estaba intentando abandonar las instalaciones por exceso de velocidad.
El portal TMZ ha obtenido incluso un vídeo en el que se puede ver al antiguo protagonista de ‘House of Cards’ hablando con los agentes, que le solicitaron que les mostrara su permiso de conducir.
Finalmente decidieron no ponerle una multa y, en su lugar, le dejaron marchar solo con una amonestación verbal, tras lo cual pudo abandonar el lugar sin que se produjeran más incidentes, según ha confirmado un portavoz.