Un año después de la muerte de Fernando del Solar, la batalla legal por su herencia continúa. Ingrid Coronado, exesposa del conductor, y Anna Ferro, su viuda, siguen enfrascadas en una disputa por un departamento en Cuernavaca.
Coronado asegura que el departamento está en un fideicomiso para sus hijos Luciano y Paolo, mientras que Ferro argumenta que tiene derecho a vivir allí.
Ingrid Coronado vs Anna Ferro, un conflicto que persiste
En una reciente entrevista, Coronado lanzó una contundente advertencia: “Yo no soy una persona que tira la toalla. Yo cuando deseo algo y sé que es algo justo y que es para el bien, principalmente de mis hijos, siempre estaré haciendo lo correcto y ahora sí que: ‘A mí que me esculquen’”.
La conductora inició el proceso legal para reclamar el departamento, argumenta que Ferro reside allí sin fundamentos legales, ya que el inmueble estaba destinado a sus hijos y no forma parte de los bienes mencionados en el testamento de Del Solar. Aunque también reconoció que estos procesos son largos y por lo tanto, la resolución del caso podría tardar en llegar, pero confía en que la ley le dará la razón.
El centro de la disputa: un departamento en Cuernavaca
El conflicto gira en torno a la propiedad que Coronado y Del Solar compraron juntos durante su matrimonio. Según Coronado, el acuerdo era que el departamento se incluiría en un fideicomiso para Luciano y Paolo, al faltar Del Solar, ella debería tener la propiedad en nombre de los hijos. Sin embargo, desde el fallecimiento de Del Solar, Ferro ha habitado el inmueble sin derecho legal, según afirma Coronado.
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Para Coronado, lo más importante es asegurar el bienestar de Luciano y Paolo, prometiendo defender sus derechos y su herencia con determinación. “Su mamá siempre estará con ellos, para mí son mis grandes amores”, enfatizó como muestra de su dedicación de madre dispuesta a proteger el futuro de sus hijos a toda costa.
Las palabras de Coronado son un mensaje de esperanza para todas las mujeres que están pasando por una situación similar. Ella es un ejemplo de que es posible luchar por los derechos de los hijos y salir adelante.