La madre del conductor atraviesa por la etapa final del Alzheimer que padece desde hace tiempo.
El conductor Marco Antonio Regil atraviesa por un momento difícil, ya que el Alzheimer que sufre su madre, Irma Sánchez Mayans, llegó a su etapa final.
En su cuenta de Instagram, Regil compartió una serie de fotos junto a su mamá, además emotivas palabras con las que le dice adiós; mientras que en Facebook hizo una tranmisión en vivo en la que habló del difícil momento.
El día que tanto temía desde que era un niño ha llegado. Es tiempo de decirle adiós al ser que me dio la vida, que me enseñó a amar a Dios, a la que jugaba conmigo y me contaba historias, haciendo la voz de Mickey Mouse, a quien me enseñó a abrazar, a trabajar duro por mis sueños, a esa persona que cuando yo le decía que quería ser locutor en la radio y televisión me tomó en serio y me regaló un micrófono, una grabadora y un tocadiscos y sin dudar de mis capacidades simplemente me preguntó cuantas horas al día estaba dispuesto a practicar en casa para que cuando la oportunidad llegara yo estuviera listo.
El conductor contó que el doctor le informó que el Alzheimer padece su madre llegó a su etapa final, y que ahora ya no puede comer ni tomar líquidos, pues su cuerpo y su mente ya olvidaron cómo realizar sus funciones más básicas. “Nos dicen que tiene unos días más de vida”.
Por ella hice lo que hice y de ella aprendí todo lo que sé. Ella fue siempre mi maestra, mi coach, mi inspiración y tengo tanto y tanto que agradecerle.
Regil contó cómo fue que su madre trabajó duro para sacar adelante a él y a sus hermanos, y cómo ha sido la evolución de su terrible enfermedad.
Desde hace un par de años ya no habla, no me reconoce, aunque a veces el Universo me ha regalado segundos de su lucidez pues noto cuando con claridad regresa ese brillo a sus ojos y ha llegado a decirme “mijito” para después perderse en la nada.
El conductor no dejó de agradecer a su madre por todo su apoyo en sus aspiraciones profesionales,y cómo siempre lo alentó a seguir adelante y a levantarse cuando estaba triste.
Está es la mujer que cuando me veía triste y llorando me decía que todo iba a estar bien y con sus palabras y amor me ayudó a levantarme una y otra vez. Esa es Doña Irma, como la gente le decía y hoy le doy gracias a Dios por el regalo y privilegio de haber sido su hijo.