Antes de convertirse en una de las cantantes favoritas del mundo, Billie Eilish vivió una vida ‘muy religiosa’ y ‘sin motivo aparente’.
La cantante Billie Eilish ha vuelto a aprovechar el podcast que comparte con su familia -en este caso ha sido ‘entrevistada’ por su padre Patrick- para hacer una llamativa confesión ante sus millones de seguidores y demás oyentes del programa. La joven de 18 años, una de las estrellas del pop más notorias de los últimos tiempos, ha asegurado que, cuando era mucho más pequeña, estaba muy interesada en la religión tanto por su impacto sociocultural como por sus rituales más representativos.
Te puede interesar: Billie Eilish revela que pensó en el suicidio hace algunos años
Una de las razones que explican esa inquietud espiritual, la cual desapareció “repentinamente” pasados unos años, reside en el hecho de que nadie de su familia estaba ligado a congregación o iglesia alguna, ya fuera por convicción o por una simple falta de curiosidad en la materia.
“No sé si a ustedes les habrá pasado también, creo que nunca he llegado a hablar de este tema. Cuando era muy, muy pequeña era muy religiosa y sin motivo aparente”, ha empezado a relatar.
“Mi familia nunca ha sido religiosa y, de hecho, yo no conocía a nadie que lo fuera. Puede que, por eso, cuando era una niña, me parecía muy atractiva la idea de la religión. Me convertí en alguien increíblemente religioso”, ha señalado la extravagante vocalista.
Posteriormente, la intérprete llegaría a definirse como una persona ‘anti-religiosa’ y actualmente se presenta como una artista “abierta de mente” en ese sentido.
Te puede interesar:Los fracasos amorosos que marcaron a Billie Eilish
“No sé qué pasó, pero esos cambios fueron muy repentinos. Y después de ese período de negacionismo, me empezó a gustar la idea de combinar diferentes perspectivas. Creo que lo importante es no ser intolerante, como lo era yo hace un par de años, y tener una mente abierta”, ha subrayado.
Como ha reflexionado en su intervención radiofónica, a día de hoy Billie Eilish trata de mantener cierto equilibrio entre sus creencias más profundas, las cuales no se ven definidas por dogmas de fe o principios inamovibles, sus propias experiencias vitales y el respeto que siente por la forma en que cada uno vive su espiritualidad y su conexión con el mundo que le rodea.