Pedro Infante, uno de los íconos más queridos del Cine de Oro Mexicano, no solo dejó un legado cinematográfico y musical, sino también un conjunto de propiedades en la Ciudad de México. Estas residencias, que en su momento fueron símbolos de su éxito y vida personal, han tenido destinos diversos tras su muerte en 1957.
Ciudad Infante, un refugio para el ídolo
Una de las propiedades más emblemáticas de Infante fue “Ciudad Infante”, ubicada en la Alcaldía Cuajimalpa, en el kilómetro 18.5 de la carretera México-Toluca.
Adquirida después del éxito de “Los tres García” en 1947, esta mansión se extendía sobre 10 hectáreas y contaba con instalaciones como sala de cine, gimnasio, capilla, boliche, fuente de sodas y hasta una carpintería, era un reflejo de la opulencia y la sencillez de Infante, quien la utilizaba como refugio para descansar, preparar guiones y disfrutar con sus amigos.
Tras el trágico fallecimiento del actor en 1957, Ciudad Infante fue vendida a una empresa privada, transformando el espacio en un recuerdo de su legado. Actualmente, el predio alberga las instalaciones de una empresa.
Dos imágenes de la casa de Pedro Infante en Cuajimalpa. En la primera se ven mas enormes filas de madres e hijos que esperan su regalo de Reyes cortesía del cantante. En la 2da, Pedro aparece frente a la capilla de su casa. Sin duda el ídolo más querido de #México pic.twitter.com/lXSwwH2rEW
— Tlatoani_Cuauhtemoc (@Cuauhtemoc_1521) August 15, 2019
La casa de Lindavista, total transformación
En la colonia Lindavista, se encontraba otra notable propiedad de Infante, ubicada en la calle Buenavista esquina con Pernambuco. Esta casa de cinco recámaras y diez cajones de estacionamiento, fue remodelada en 2019, pero lamentablemente, la remodelación resultó en su demolición. A pesar de su valor histórico y arquitectónico, estimado en casi 20 millones de pesos, la estructura no pudo soportar el paso del tiempo y fue reemplazada por las instalaciones de una escuela privada.
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La primera casa en la CDMX
La primera propiedad que Infante compró en la capital fue en la calle Enrique Rébsamen en la colonia Narvarte Poniente, donde vivió con su esposa María Luisa León desde 1945 hasta 1951.
Esta residencia, marcada con una placa de talavera poblana, simboliza el inicio de la consolidación de Infante como un ídolo nacional y se ha convertido en un punto de interés para sus seguidores.
Un legado disperso
Además de estas propiedades en la Ciudad de México, Pedro Infante tuvo residencias en otros estados de la república, algunas de las cuales están abiertas al público como museos o hoteles, para permitir a los fans y visitantes acercarse a la vida del ídolo. Por ejemplo, su casa en Mérida, Yucatán, ahora funciona como el Hotel Boulevard Infante.
Las propiedades que una vez fueron hogar de Pedro Infante en la Ciudad de México han sufrido transformaciones significativas desde su muerte. “Ciudad Infante” y la residencia de Lindavista son ejemplos de cómo el tiempo y nuevas necesidades urbanas han transformado estos espacios.
Aunque las estructuras físicas pueden haber cambiado o desaparecido, la memoria de Pedro Infante y su impacto en la cultura mexicana permanecen vivos, no solo en sus películas y música, sino también en las historias de los lugares que llamó hogar.