Mickey Rourke era famoso en los años ochenta por su look de galán, además de sus relaciones tormentosas, su personalidad despilfarradora y su problemática actitud en los sets de filmación.
Philip Andre “Mickey” Rourke Jr., nacido el 16 de septiembre de 1952 en Schenectady en el estado de Nueva York, no buscaba hacerse famoso en el cine; su carrera en Hollywood se dio completamente por accidente.
Durante su adolescencia, el joven Mickey se dedicó a los deportes, específicamente al boxeo. Entre 1964 y 1973, Rourke acumuló un récord en el boxeo amateur de 27 victorias, incluyendo 12 knock outs.
Luego de un par de contusiones durante sus peleas, los médicos le recomendaron a Rourke retirase del pugilismo por un tiempo para recuperarse. Ahí fue cuando el entonces deportista volteó hacia la actuación; un amigo suyo lo invitó a participar en la producción teatral Deathwatch de la Universidad de Miami, donde vivía en ese entonces. Tras esa presentación, Mickey se enamoró del escenario, se mudó a Nueva York con dinero prestado, y comenzó a estudiar actuación mientras se mantenía con otros trabajos.
Rourke hizo su debut en la pantalla grande con un pequeño papel en la cinta 1941 de Steven Spielberg. El primer papel que llamó la atención sobre Rourke fue con su actuación en la película Body Heat en 1981.
Tras su protagónico junto a Kim Basinger en el drama erótico 9½ Weeks, Mickey Rourke obtuvo el estatus de sex symbol rebelde.
A partir de ese momento, Rourke participó en múltiples películas de drama, acción y thrillers, que lo llevaron a la cima del mundo cinematográfico. Sin embargo, el actor tomó la decisión de dejar el cine, con una última actuación en la cinta White Sands junto a Willem Dafoe y Samuel L. Jackson, para regresar a los rings de box en 1991.
El regreso de Rourke al cuadrilátero se debió a que el actor sentía que se estaba autodestruyendo, y que no se respetaba a sí mismo como actor. Durante este regreso al boxeo, Mickey sufrió varias lesiones, como fracturas de nariz, dedos de los pies y costillas, una lengua partida y un pómulo comprimido, así como pérdida de memoria.
Sin embargo, su carrera como boxeador no fue fructífera, pues lo promotores creían que estaba demasiado grande para enfrentarse a otros peleadores de mayor nivel. Incluso el mismo Rourke comentó en ese entonces que su regreso al ring había sido más una prueba personal que otra cosa.
En la década de los 90, Mickey necesitó cirugías reconstructivas en su rostro debido a las lesiones sufridas en las peleas; estas cirugías lo dejaron completamente desfigurado, con una cara muy diferente a la que lo convirtió en sex symbol.
Luego del fracaso como boxeador, Rourke regresó a la actuación con varios papeles en cintas como Once Upon a Time in Mexico, Sin City y The Informers.
En 2008, el actor y boxeador obtuvo el papel protagónico en la película El luchador de Darren Aronofsky, donde interpretaba a un peleador de lucha libre. Para prepararse para su participación, Rourke entrenó con el luchador de la WWE Afa the Wild Samoan, pariente de Dwayne ‘The Rock’ Johnson. Este papel le valió un premio BAFTA, un Globo de Oro y una nominación al Oscar como ‘Mejor actor’.
En 2020, Mickey apareció en la cuarta temporada del programa, The Masked Singer con el personaje ‘Gremlin’.
Al año siguiente, asumió el papel de un hombre paralizado en la cinta Man of God, basada en la vida de San Nectarios de Aegina.
Apenas el año pasado, Mickey Rourke fue seleccionado para participar en el drama The Palace de Roman Polansky.