La cantante Selena Gomez había sido durante años la reina indiscutible de Instagram: en 2016 ella fue la primera persona en alcanzar los cien millones de seguidores -en la actualidad cuenta con 150 millones y es la tercera celebridad más popular en esa plataforma- y ese mismo año batió el récord de ‘likes’ recibidos en una sola foto. En 2018 volvió a hacer historia al convertirse en la usuaria que más rápidamente había alcanzando el millón de ‘me gusta’ en una de sus publicaciones, superando así el anuncio del embarazo de Beyoncé y la imagen con que presentó al mundo a sus gemelos, que hasta entonces ostentaba ese título. Irónicamente, en los últimos tiempos la estrella Disney ha ido publicando con menor frecuencia en su cuenta. El motivo inicial por el que desapareció de la esfera virtual fueron las complicaciones de salud derivadas de la enfermedad de Lupus que padece y que en 2017 le obligó a someterse a un transplante de riñón, pero desde entonces la joven se ha prodigado mucho menos de lo que antes era habitual en Instagram. https://www.instagram.com/p/Bxcchf3gSP6/ El motivo de esa pérdida de interés, como se ha encargado de reconocer este miércoles a su paso por el Festival de Cine de Cannes para presentar la película ‘The Died Don’t Die’, se explicaría por el desencanto cada vez mayor que siente hacia una cultura cuyos individuos viven absorbidos por sus teléfonos móviles. “Diría que para mi generación en concreto las redes sociales han resultado terribles. Me asusta realmente ver lo expuestos que están todos esos chicos y chicas tan jóvenes. No son conscientes de lo que sucede, de las noticias. Y me parece que es peligroso, sin duda. Creo que a veces la gente no recibe la información adecuada”, ha reconocido durante una conferencia de prensa. https://www.instagram.com/p/Bv4q6GPAeML/ Pese a que no está del todo convencida de que “llegados a este punto” resulte posible hacer de la esfera virtual un lugar seguro, ella trata de aportar su granito de arena estudiando con sumo cuidado el contenido que comparte con sus seguidores. “Me siento muy agradecida de contar con esa plataforma. Intento no subir demasiadas fotos sin ningún sentido. A mí me gusta que haya algún significado detrás. Si no me asustaría demasiado: me topo con muchas chicas en los encuentros con los fans que están devastadas por culpa del acoso que sufren y que no son capaces de encontrar su propia voz. Así que, sí, en ocasiones las redes sociales pueden ser maravillosas, pero yo tendría cuidado y me marcaría unos límites acerca de cuándo usarlas”.