Han pasado ya 18 años desde que Thalía y el poderoso productor Tommy Mottola se dieran el ‘sí quiero’ en una fastuosa ceremonia celebrada en la catedral de San Patricio de Nueva York a la que asistieron un sinfín de rostros famosos, como Marc Anthony y Jennifer Lopez -que acudieron por separado al no ser aún pareja-, Gloria y Emilio Estefan, Julio Iglesias o el mismísimo Michael Jackson.
El paso del tiempo no ha hecho más que demostrar la solidez de una unión que no dejó de generar cierto escepticismo en un primer momento debido a la diferencia de edad de dos décadas que existe entre la pareja y al hecho de que hasta hacía apenas dos años antes él había estado casado con otra gran diva de la música, Mariah Carey, a quien conoció cuando ella aún era una joven relegada a hacerle los coros a otros artistas y a la que acabaría convirtiendo en una estrella y en su segunda esposa. Ahora Thalía ha querido hablar acerca del éxito de su matrimonio, asociándolo con la capacidad de su marido para ver más allá de la estrella latina que ella ya era cuando se conocieron y aceptarla como la mujer que es, “alocada, divertida y con un sentido del humor muy negro”.
Thalía, tal y como es
“El ser como uno es, ese ha sido el éxito de nuestro amor porque yo a él lo amo tal cual es y él a mi me ama tal cual soy. No me ama más porque me arregle y me ponga tal reloj y tales zapatos de tal marca. A él no le interesa eso”, asegura la cantante en una nueva exclusiva a la revista ¡Hola! USA. En esa misma conversación, la polifacética estrella también ha dado a entender que, de no haber sido ese el caso, ella no se lo habría pensado ni un momento antes de seguir el sabio consejo que le dio su madre Yolanda y hacer las maletas para buscar la felicidad en otra parte. “Me enseñó la parte de que en la vida todo es posible. Si no te está yendo bien aquí, en este lugar, empaca tus maletas y vete al mundo, el mundo es gigantesco. Vete a todos lados y en todos podrás empezar de cero”.