Lourdes León, la primogénita de la Reina del Pop Madonna, está celebrando 22 años de vida. Para celebrarla, la cantante utilizó su cuenta Instagram para dedicarle unas palabras y dejarle claro lo mucho que la ama.
“Feliz cumpleaños, querida. La luz de mi vida”, escribió junto a una imagen Madonna, para después compartir otra junto a su hija y escribirle: “Nunca sabrás cuánto te amo. Te amo, te amo, te amo”.
Aunque pudiera pensarse que Lourdes León tuvo una vida relajada y flexible, la realidad es que Madonna fue estricta con ella. “Ella tiene que ganarse su ropa siendo limpia, manteniendo su habitación recogida, haciendo su cama todas las mañanas… Ella llevará el mismo atuendo a la escuela todos los días hasta que aprenda su lección”, dijo hace algunos ayeres en una entrevista.
Así, la hija de Madonna tuvo que seguir las reglas de mamá y cuando tuvo que elegir una Universidad, optó por la de Michigan. Y al igual que su madre lo hiciera antes de mudarse a Nueva York, Lourdes persigue su carrera de bailarina.
Además, cero lujos como universitaria. Madonna ha querido que su hija experimenta la vida estudiantil como es, por lo que Lola comparte dormitorio con otra chica y duerme en una cama individual, como cualquier otro estudiante.
Libre como mamá
No es ninguna novedad que ella ha abrazado la estética que ya lucía la reina del pop, de forma ocasional, eso sí, en la década de los 80 y opta –haciendo uso de su libertad como mujer adulta- por no depilarse.
Sin embargo, cada vez que es fotografiada en vestido, bikini o con cualquier otra prenda que deje al aire su anatomía se inicia una vez más el manido debate sobre lo higiénico o no de una elección que no deja de responder a una preferencia estética personal.
Lourdes, por su parte, nunca ha permitido que las opiniones de terceros, bien sea en la esfera virtual o en un evento de la magnitud de la Semana de la Moda de NY, influyan sobre la imagen que elige proyectar al mundo y nunca se ha escondido a la hora de pasear por la playa o de posar en Instagram en ropa interior, con los brazos por encima de la cabeza o, en definitiva, como le venga en gana.