Una de las maniquíes más emblemáticas de los años 80 está a punto de cumplir 60 años. ¿Su nombre? Nastasia Urbano, la modelo que hoy pide ayuda.
Pero su festejo no será nada glam ni espectacular, pues su vida cambió drásticamente y de recibir millones de dólares, ahora vive en la calle, específicamente en un banco de Barcelona.
Su carrera como modelo ocurrió en Condal, Suiza, de donde es originaria, posteriormente conoció al afamado fotógrafo Fabrizio Ferri y de ahí su carrera despegó.
Su primer parada fue Milán, para darle paso a su entrada triunfal en las portadas de las principales revistas de moda de la época.
“Viajaba por toda Europa por trabajo, me llamaban de Londres para hacer fotos de catálogo, luego iba a París, me iba muy bien. Era muy apreciada. Entonces me fui a Nueva York, porque en el mundo del modelaje, una vez has hecho Europa, vas a Nueva York a probar”, dijo a El Periódico de Cataluña.
A los 20 años, la maniquí decidió probar suerte en Nueva York y empacó las maletas y se fue a vivir el sueño americano.
No tuvo que batallar mucho y casi de inmediato la contrataron en la prestigiosa agencia de modelos Ford, donde comenzó a trabajar por todo lo altp de la industria de la moda.
Nastasia Urbano no solo engalanaba las principales portadas de moda de revistas, sino que comenzó a ser la imagen de diversas campañas publicitarias para las grandes marcas, tal como Yves Saint Laurent, Guy Laroche y Revlon.
De acuerdo a la maniquí, durante la década de los ochenta “vivía como una reina” y ganaba hasta un millón de dólares por 20 días de trabajo.
El amor la llevó a la bancarrota
Su vida dio un giro inesperado cuando conoció a su ex marido, quien la llevó a la bancarrota.
“Lo único bueno de esa relación han sido mis hijos, pero lo demás fue horrible. Todo lo pagaba con mi dinero. Al segundo día de conocerlo quiso que le comprara un BMW, y yo, como una tonta, le hice el cheque. Estaba enamorada”, confesó a El Periódico
A tres décadas de eso, Nastasia lleva una vida totalmente diferente, sin dinero y sin nada de lujos.
“Estoy cansada de sobrevivir y pedir dinero. La gente a mi alrededor se aparta, todos se van, y no me extraña. Ya me han desahuciado tres veces. He trabajado limpiando casas, cuidando niños. Ahora estoy en casa de un amigo, Toni, que es un ángel. Pero no puedo instalarme ahí siempre, es por un tiempo. Dentro de unos días, cuando salga de esa casa, me pregunto a dónde voy a ir, estaré con mi carrito, mis cuatro cosas, y dónde voy a dormir”, relata a la misma publicación.
https://www.instagram.com/p/BrurZL2nZes/
Sin la ayuda de sus hijos
La ex modelo no quiere causar problemas, por lo que prefiere mantener a sus hijos alejada de sus problemas, pues asegura que no quiere “molestarlos”.
“Mi hija tiene ataques de ansiedad por mi culpa. Ellos ya son adultos y tienen sus vidas y hacen lo que pueden por mí, pero yo procuro no molestarlos. Quiero que me vean ubicada, trabajando y pagando mis cosas. Quiero que mis nietos puedan ir a mi casa a merendar, y poder hacerles unas galletitas. Soy buena haciendo galletas. ¿Yo voy a tener eso? No sé. Creo que no”, reconoce.
https://www.instagram.com/p/BruqKEYnxcc/
Su conmovedor historia ha sido retomada por varios medios internacionales, y gracias a ello es que un amigo ha querido tenderle la mano y hacer algo por ella.
Así, este lunes 4 de febrero este amigo ha iniciado una campaña en el portal GoFundMe para recabar dinero para que Urbano retome poco a poco su vida.
https://www.instagram.com/p/BrupTAjnkpy/
“Una de las top model más conocidas mundialmente en los años ochenta está pasando una época terrible con muchas dificultades para tener una vida digna. No tiene dónde vivir y no tiene dinero para cubrir sus necesidades básicas... Necesita alquilar un pequeño apartamento, cubrir tres meses de fianza, comprar lo básico para sentirse una persona normal y desea empezar de nuevo”, se lee en la primera parte de la publicación, que hasta el momento ha recaudado 235 euros, (aproximadamente 5 mil pesos mexicanos).
“Nastasia sigue siendo la misma mujer dulce, simpática, generosa y noble que cuando tenía 20 años. Solo que ahora se le ha roto el vuelo. Podríamos demostrar al mundo que no siempre se debe sacrificar a un ave del paraíso cuando tienes las alas rotas. Podemos curárselas y ayudarla a levantar de nuevo el vuelo”, añade el mismo texto.
