Si te vas a casar en esta temporada, toma estas ideas para lucir una cabellera perfecta.
La música se enciende y la novia aparece en su vestido blanco, reluciente, con un hermoso ramo de flores. La pareja ha elegido la comida, las canciones, el menú... todo ha sido planeado al detalle y es perfecto. Salvo el peinado de la novia, que tiene un aire natural y descomprimido. Así como antes no había ni un mechón fuera de sitio, hoy la moda de las bodas marca otro pulso: el “undone hair”. Es un hecho. Los peinados prolijamente desacomodados se ven en todas partes, también en las bodas. La idea es llevar un peinado, pero de modo que parezca absolutamente natural.
Existen mil variantes y propuestas, todo dependerá del cabello, el rostro y el vestido de la novia. Hay quienes preferirán un estilo romántico, despreocupado, de notas descontracturadas y con algunos mechoncitos de otro color.
Por lo general, las novias suelen optar por llevar el cabello recogido, pero en la variante del “perfecto imperfecto” las propuestas llevan a recoger solo parte de la melena y dejar el resto suelto.
Los detalles de trencitas también son muy requeridos, igual que los adornos que pueden trenzarse en el cabello y realzan la naturalidad, como si se hubiese tratado de un antojo de último momento.
La tendencia se da en las más diversas latitudes. Desde hace algunos años, son cada vez más las novias que buscan detalles lúdicos y de frescura para su look. Los rulos u ondas son muy útiles para generar ese efecto en peinados recogidos y son fáciles de lograr.
Primero se hacen las ondas con una maquinita eléctrica y luego se termina el peinado general. En realidad, el peinado consiste en que la novia, una vez que tiene las ondas listas, se dé dos o tres cepilladas y se recoja el cabello. De ese modo, el look lleva el cuidado previo que han generado los preparativos para hacer los rulos, pero al mismo tiempo tienen ese carácter despreocupado que le da la novia al recogérselo.
El efecto: prolijamente desprolijo, o sea, un peinado cuidado sin tener un tono muy severo. Esta propuesta es una especie de “peinado de novia hecho en casa”.
Los estilistas comentan que muchas veces suelen elegirse formas asimétricas. Por ejemplo, muchas mujeres prefieren llevar uno de los lados sueltos, vaporosos con sus ondas, e incluso aplicar en ese costado alguna diadema o adornos.
Pero el decorado y los accesorios no suelen ser grandes y acaparadores de la vista. Los detalles más demandados son pequeños toques como perlas o piedritas de estrás que se colocan en el peinado.
Para los looks románticos y naturales las rosas se prestan muy bien. Antiguamente el estilista se concentraba en el peinado y el florista en las flores que le pedían y, con frecuencia, el resultado final se veía muy recargado y dejaba de ser agradabelde de ver. Hoy la tendencia es otra: el estilista piensa su propuesta teniendo en cuenta el conjunto.
A las flores y al peinado despreocupado también puede sumarse alguna redecilla, y si la novia desea llevar esa noche alguna joya muy llamativa, por ejemplo, porque es parte de la tradición familiar, el peinado debe adaptarse a ese pedido. Lo importante, aseguran los especialistas consultados, es que el peinado esté impecable aunque la intención sea verse natural.
Y por supuesto, también hay propuestas para los cabellos cortos. Allí se recomienda escoger aros llamativos y colocar algunos detalles discretos en el cabello. Lo principal es que el peinado se adapte a la persona ya que, como subrayan los estilistas, lo que debe estar en primer plano esa noche es la individualidad de quien celebra. La moda es amplia y diversa. La clave está en elegir el modelo indicado para cada persona.