Realizada por la fotógrafa de moda y directora de cine británica Charlotte Wales, la campaña revela una fusión cautivadora entre la belleza de Bella Hadid y el resplandor luminoso de las joyas Ice Cube. La hábil utilización de la luz crea un ambiente hipnótico, subrayando al mismo tiempo la geometría perfecta de las piezas. Esta simbiosis entre luz y joyería revela la esencia misma del diseño Ice Cube.
Adornada con los flamantes cubos de Chopard, Bella Hadid se acurruca en el seno de una urbanidad abstracta, con el telón de fondo de un skyline nocturno que se repite hasta el infinito en un juego de espejos en el que las ventanas iluminadas de los edificios se hacen eco del brillo de Ice Cube. La noche revela la incandescencia de las joyas. La yuxtaposición de dos iconos es fascinante. Sin sombra no hay luz, este es el hilo conductor de las imágenes de esta campaña llamada «Sculpted by Light».
Un motivo único, elogio del minimalismo
El cubo, motivo central de la colección, representa una idea de perfección geométrica y magnifica la luz a través de sus facetas reflectantes. Caroline Scheufele, copresidenta y directora artística de Chopard, introdujo este motivo en 1999 a través de un reloj que sacrificaba los artificios llamativos para concentrarse en las formas puras. Desde entonces la colección no ha dejado de evolucionar en un diálogo con la luz.
Esta estética minimalista y depurada se inscribe en la continuidad de los principios del movimiento Bauhaus que da prioridad a la sencillez y la funcionalidad. Se caracteriza por unas líneas muy gráficas, utilizando únicamente los elementos esenciales: la luz, la forma y los materiales resistentes. Ice Cube responde a la inspiración minimalista de la arquitectura moderna: en su verticalidad evoca los rascacielos de las capitales internacionales, lugares de vanguardia. Estas líneas geométricas y estilizadas se muestran en los nuevos visuales «Sculpted by Light» (Esculpido por la luz). Aquí, el minimalismo se convierte en un arte de vivir: es decidir quedarse con lo esencial, lo precioso, con lo que permanece y no con lo efímero. Una joya Ice Cube encarna este deseo de centrarse en lo sencillo, lo puro, lo bello y lo duradero.
Sencillez en apariencia, sofisticación en el fondo
Ice Cube es el resultado de una búsqueda de la perfección que combina alta tecnología y saber hacer artesanal. Pero, aunque cada cubo, idéntico en su repetición, podría parecer muy simple, cada una de sus cuatro aristas perfectamente simétricas está sutilmente facetada. Como resultado, la luz encuentra en estas microsuperficies tantos puntos de refracción que multiplican el resplandor de la joya. Un mecanizado altamente técnico, fruto de más de 6 años de investigación y desarrollo, ha permitido un fresado perfecto, creando unas líneas bien definidas en unas superficies minúsculas.
Optimizada constantemente, esta herramienta dotada de diamantes permite trabajar el metal precioso con una precisión de centésimas de centímetro, obteniendo una superficie prepulida de una calidad excepcional. A continuación, esta superficie pulida como un espejo se bruñe con un disco para darle el brillo y el resplandor definitivos: esta fase sólo se puede llevar a cabo a mano, al igual que el pavé de diamantes de las secciones engastadas.
El aura ética
Comprometida con una iniciativa ética que se fusiona con su identidad, Chopard de prioridad a las piezas esenciales que perdurarán en el tiempo. Ya en 2017, el uso de oro ético para fabricar las joyas de la colección daba fe del compromiso de la Casa con las prácticas responsables. Aunque, el año siguiente, Chopard ya extendió el oro ético a todas sus creaciones de relojería y joyería, el hecho de haber recurrido a Ice Cube para liderar su enfoque sostenible demuestra su apego a esta colección que se inscribe en un enfoque contemporáneo, en el que el material es tan importante como el diseño del producto.