La tarde del lunes 3 de septiembre pintaba normal para Joel Sebastián Meza García, un estudiante de la Licenciatura de Estudios Latinoamericanos en la Facultad de Filosofía de la UNAM quien nunca imaginó acabar ese mismo día en la cama de un hospital.
El día transcurría normal para el joven de 21 años, pero todo cambió cuando se enteró que había un grupo de alumnos del CCH Azcapotzalco a unos metros de él protestando en la rectoría de la máxima casa de estudios exigiendo mayor seguridad en su plantel y el cese de cobros indebidos. Una protesta que comenzó pacífica.
Joe —como le llaman sus amigos— quiso unirse a la protesta ya que él gusta de involucrarse en los movimientos sociales por lo que no dudó en solidarizarse con los estudiantes. Antes de unirse a la protesta llamó a una persona muy especial para él y, sin saberlo, a quien le salvaría la vida minutos después: Naomi, su novia.
Motivados por el movimiento estudiantil y por las peticiones que se hacían, la pareja llegó a apoyar de manera pacífica. Sin embargo, pocos minutos después se desató el infierno: un grupo de jóvenes vestidos con jerseys de futbol americano irrumpieron en las instalaciones de Ciudad Universitaria, venían en camiones desde el Estado de México.
Pronto la máxima casa de estudios se convirtió en un campo de batalla: golpes, bombas molotov, navajas, picahielos y palos se hicieron evidentes entre el grupo agresor en el que se veían al menos 40 jóvenes.
Eran los llamados porros, quienes sin importar nada comenzaron a agredir a los estudiantes que se manifestaban frente a rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El amor lo puede todo
Aunque Naomi y Joel intentaron —como muchos otros estudiantes— resguardarse de los agresores, no tuvieron suerte y comenzaron a ser agredidos por tres porros. Todos iban sobre él. Frente a los tres agresores Joe nada pudo hacer y tras una brutal golpiza cayó al piso. Sin piedad, el ataque continuó y de pronto una navaja se hizo presente.
El joven de 21 años perdió media oreja, pero lo más grave vino segundos después: un cuchillo le fue insertado por la espalda y le dañó el riñón.
La sangre comenzó a salir a borbotones y, viendo que los agresores no pararían hasta verlo muerto, Naomi —delgada y más pequeña que los porros— se aventó hacia su novio para protegerlo con la única cosa que tenía: su cuerpo.
“Entraron los porros y a él fue a uno de los que agredieron porque estaba más cerca del lado por donde entraron. Gracias a su novia que se aventó encima de él lo dejaron, porque lo estaban golpeando de muerte”, compartió Yoga Isis Castillo Montañez, tía de Sebastián.
Un escudo humano fue el cuerpo de Naomi y solo así pudo lograr que los porros dejaran de agredir a su novio, a quien continuaban propinándole patadas en la cabeza y que de no haberse metido y puesto su cuerpo, quizás Joe habría recibido una segunda puñalada.
El instante fue captado por la cámara del fotógrafo independiente Diego Uriarte y la imagen ya dio la vuelta al mundo.
En riesgo de perder su riñón
Tras terminar la gresca, el Servicio Médico de la UNAM llegó para auxiliar a Joel, quien se encontraba grave por la pérdida de sangre. Pálido, débil pero aún consciente, solo pudo balbucear su nombre y el de sus padres.
La familia de Joe se enteró minutos después de que su hijo estaba grave y que iba rumbo a la Clínica 8 de lMSS para recibir una cirugía de emergencia. En el hospital se enteraron del daño que había ocasionado la puñalada que recibió por la espalda: el riñón había sido dañado y tenía una hemorragia interna que ponía en peligro su vida.
En la clínica lo estabilizaron, pero por la magnitud de la herida tuvo que ser trasladado al área de Terapia Intensiva del hospital Siglo XXI en Centro Médico, donde requirió de una segunda operación.
Los doctores tuvieron que “empaquetar” su riñón con la esperanza de que la presión del material médico ayude a detener la hemorragia. De responder su cuerpo su recuperación será la adecuada y podrá sanar; de lo contrario los médicos deberán extirparle el riñón para poderle salvar la vida.
Joel Sebastián Meza García
Su familia y amigos describen a Joel Sebastián Meza García como un joven preocupado por su prójimo, siempre tratando de ayudar a la gente y muy cariñoso.
“Es un niño cariñoso, que no busca pelea. Siempre muy cerebral, siempre ha sido de apoyar a la gente que lo necesita, muy solidario. Es músico toca el tambor, le gusta tocar con mis hijos y le gusta estudiar. Está clavado con su carrera y pues está ahí porque le gusta estar en los espacios sociales apoyando a la gente”, compartió su tía.
“Mi hermano es un niño muy inteligente y combativo, cursa la carrera de Estudios Latinoamericanos en FFYL. Tiene 21 años. Está en el hospital y ahí va a pasar la noche, fue apuñalado por porros esta tarde en frente de rectoría, además de la media mutilación que sufrió en su orejita. Está estable. Esa es la información verídica que les puedo proporcionar”, escribió su hermana Jimena Meza en su cuenta de Facebook.
Joel continúa peleando por su vida y junto a él tiene el amor de su familia y el de su novia Naomi, quien demostró que el amor lo puede todo, incluso salvar una vida.