Celebramos al ídolo que desde la pantalla grande hizo reír a generaciones enteres y que con su talento puso a México bajo los reflectores del mundo: Mario Moreno ‘Cantinflas’.
En entrevista exclusiva para CARAS, el único hijo de Cantinflas habló de los recuerdos que tiene de su padre
En una conmovedora e íntima entrevista, Mario nos abre su corazón para contarnos los momentos más significativos que compartió con su padre, las anécdotas que más atesora y las mayores enseñanzas que le dejó. Asimismo, nos habla sobre los proyectos que está realizando para conservar vivo el recuerdo de ese personaje que por generaciones ha hecho reír a los mexicanos.
¿CÓMO DESCRIBES TU RELACIÓN CON TU PAPÁ?
Híjole, padrísima, una relación muy amorosa, muy light. Él era una persona muy consentidora, me chiqueaba muchísimo, pero a la vez era mi maestro. Una cosa es que consintiera y otra cosa es que permitiera, entonces sí me daba mucho pero también me ponía condiciones. Por ejemplo, con las calificaciones me decía: "¿Quieres una bicicleta?”, entonces me llevaba a la juguetería, la escogía y la compraba, pero ahí la dejaba, yo no podía usarla ni subirme. Y me decía: “Ahí está el premio, ahora haz el esfuerzo y pasa tus materias”. No era muy exigente, con que sacara ocho ya se daba por bueno. Me daba ese tipo de incentivos, te motivaba para que lo hicieras. También era una persona muy justa, nunca te regañaba por algo que no fuera, era un padre sumamente amoroso, muy presente, aunque tenía múltiples actividades y ocupaciones, siempre estuvo conmigo; hizo los papeles de papá y mamá, porque mi mamá murió cuando yo tenía cinco años. Y a partir de ahí estuvimos los dos solos, mi abuela vivía con nosotros y le ayudaba mucho conmigo cuando él iba a filmaciones fuera del D.F. Pero cuando se iba por tres o cuatro días procuraba llevarme, y yo me divertía mucho por- que desde chico lo acompañé a muchas partes. El primer viaje largo que hicimos fuera de México fue a Perú, Chile y Argentina, yo tenía 7 años. Y él siempre me dijo: “Yo preferí formarte junto a mí, pues hubiera sido muy fácil mandarte a un instituto o internado y que me regresaran a un hombre hecho y derecho”, pero él prefirió quedarse conmigo y ser mi maestro, enseñarm. Con él aprendí muchas cosas en la vida que no puedes aprender en ninguna escuela o universidad. Era una persona sensacional, como padre, como amigo, como compañero, como todo.