Estuvimos en Maastricht con uno de los músicos más famosos de los últimos tiempos, y en entrevista exclusiva nos habló de su familia y su gira por México
André Rieu es el tercero de seis hermanos y nació el 1 de octubre de 1949 en Maastricht, Países Bajos. Es violinista, compositor y director de la orquesta The Johann Strauss Orchestra, con la que se ha presentado en Europa, Australia, Japón y América. Su padre también era director de orquesta y la primera vez que el pequeño André agarró un violín fue a los cinco años de edad.
Está casado con Marjorie Kochmann desde 1975 y tiene dos hijos, Marc y Pierre, y cinco nietos.Vive en un castillo en su pueblo natal, y ahí nos recibió con un pastel para después comenzar nuestra entrevista en una de las salas de su casa, donde también tomó sus primeras clases de piano.
¿Cuáles son tus primeros recuerdos con la música y en este castillo en el que ahora vives, antes de que lo compraras?
Mi primer recuerdo de la música fue cuando mi madre me llevó a un concierto de mi padre cuando yo tenía tres años, y veía las cuerdas de los violines subir y bajar y me maravillé con el sonido de la orquesta.Fue el sonido más hermoso que jamás había escuchado. Otro recuerdo es aquí en este castillo donde tomé mis primeras clases de piano.
El castillo no estaba blanco y dorado como hoy, era oscuro y melancólico y la maestra de piano vivía en la parte de arriba, era una vieja muy perra (risas) y no me caía bien y no me gustaba el piano (risas); y no me caía bien y no me gustaba el piano (risas); en cambio, mi maestra de violín tenía 18 años y era güera, así que me gustó más el violín y decidí dedicarme a tocar ese intrumento. Mi maestra influyó mucho en mi decisión (risas).
Si me preguntas cuál es el secreto para lograr un matrimonio exitoso, te diría que viajar mucho e irme de gira sin mi esposa (risas)
¿Cómo era tu relación con tus hermanos de pequeño?
Con uno de mis hermanos me llevaba muy bien, aún llevamos una buena relación, y con mis hermanas no me llevaba tanto porque eran mayores que yo.
¿A qué jugabas con tu hermano?
Me gustaba jugar al aire libre. Una vez hicimos un cochecito, tengo fotos de ese juguete y siempre jugábamos juntos.
¿Te metías en muchos problemas? No, nunca. Bueno, una vez tenía como seis o siete años y encontré algo y unos niños me lo querían quitar y peleé como un león para defenderme y aún recuerdo que yo gané (risas).Me sentí muy bien. Y ya cuando crecí seguí siendo un sabio y buen muchacho (risas).
¿Cómo describirías a tus padres y qué admirabas de cada uno?
Creo que mis papás me dieron una buena educación, disciplina. Ellos nos enseñaron a levantarnos cuando llega alguien, a saludar y todo eso de tenerbuenos modales, pero en la cuestión del sentimiento y del corazón, no los quería tanto. Y creo que ellos no me amaban tampoco tanto a mí.
Amaban a mi hermana y para ellos ella hacía todo bien y André no. Mi vida realmente comenzó cuando conocí a mi esposa Marjorie, porque ella creyó en mí y fue entonces cuando por primera vez supe y entendí lo que era y lo que se sentía que alguien creyera en ti y despegué.
André el día de su boda con Marjorie en 1975.
Tú tenías 13 años y ella 15; ¿qué te gustó de Marjorie?
Todo. Me gustó que era muy especial. Veía a las otras niñas que iban en el salón de mi hermana, igual que ella, y pensé que era muy especial.
¿Y cómo la conquistaste?
Siempre sabíamos que ahí estábamos, teníamos ese como amor platónico y luego ella me conquistó a mí (risas). Bueno, más bien su madre (risas).
¿Cómo que su madre?
Creo que su madre me vio, porque iban a los conciertos de mi padre, y ahí me echó el ojo para su hija (risas), pero no dijo nada y después me conoció en el intermedio del concierto y organizó un plan. Mi hermana tocaba el arpaentonces organizó un concierto en el colegio con mi hermana y pensó: ?si organizo un concierto con su hermana, voy a ir a su casa y ahí se van a poder conocer mejor mi hija y André? (risas).
¿Cuál piensas que es la mejor parte de estar casado y lo más difícil?
La mejor parte creo que es que tienes paz y yo soy un hombre muy pacífico que sólo se peleó una vez de niño (risas). Soy muy armonioso y necesito paz en mi vida y eso es lo que nos damos uno al otro. Y el reto más grande es mantener eso siempre.Creo que si me preguntas cuál es el secreto para un matrimonio exitoso, te diría que viajar mucho e irme de gira sin mi esposa (risas).
Pero es verdad porque llevamos 42 años de casados, entonces sería muy difícil es- tar juntos 24 horas al día.Creo que es importante y mucha gente no puede alejarse así de su esposa, entonces debe ser más difícil para ellos. Yo tengo mi vida y mi esposa la suya, pero nuestras vidas caminan juntas porque ella trabaja conmigo. Hacemos todo juntos.
¿Cómo describes a tus dos hijos Marc y Pierre?
Mis hijos son mi mayor regalo en la vida.No puedo imaginarme la vida sin hijos. Tengo cinco nietos que mis hijos educan y lo maravilloso de ser abuelo es que yo se los echo a perder, los disfruto y no los educo (risas).
¿Cómo los echas a perder?
Con amor y con regalos (risas). Acabamos de regresar de Roma. No me voy de vacaciones porque no me gusta, no puedo echarme en la playa sin hacer nada. Yo no puedo hacer eso, pero nos fuimos a Roma toda la familia dos días y medio y contratamos a un guía para que nos enseñara acerca de Roma y fue fantástico.Muy cansado, pero fantástico.
Sabemos que Pierre tu hijo colecciona artefactos de la Segunda Guerra Mundial; ¿cómo empezó su colección?
Sí, su interés comenzó por un maestro en la es- cuela que tenía ese hobby y le contagió a Pierre esa pasión a los 15 años; desde entonces colecciona cosas. Fue guía turístico aquí en Maastricht, habla tres idiomas y se ha interesado mucho por mantener vivo todo lo que hacía la gente en esa época para liberarnos.Tres de tus nietos toman clases de violín... Sí, a las dos niñas les regalamos un violín cuando tenían tres años y ya no tocan porque dicen que empezaron muy chiquitas. Ahora tocan el piano. Una de las niñas de Marc toca el violín.
El pequeño André tocando el violín a los cinco años de edad
¿Crees que va a seguir tus pasos?
No lo sé, nunca sabes. El violín es muy difícil al principio, tienes que tener una maestra o un maestro del que te enamores (risas).Pues entonces hay que conseguírselo (risas). Sí, porque así te da emoción pensar que va a regresar a verte para enseñarte (risas).
Empezaste a ejecutar el violín a los 5 años de edad y ahora tocas un Stradivarius que tiene 350 años (1667); ¿cuál es la historia de tu violín?, ¿dónde lo encontraste?
No me acuerdo dónde lo encontré... (degrees) En Viena! Lo encontré en Viena y lo bonito de tocar un Stradivarius de 1667 es que este violín te ayuda a tocar una música hermosa, suena muy bonito, hace un sonido muy especial y me veo a mí mismo como su guardián.
Yo lo compré, es mío, pero me considero su guardián porque es tan precioso y tan bello que quiero que la siguiente generación lo toque después de mí.(degrees)Y hasta tiene guardaespaldas! Sí, porque cuando andamos de gira el violín está ahí, y una vez leí que a un famoso chelista se le olvidó su instrumento en un taxi en Nueva York y porsuerte el taxista se lo regresó, pero no quiero que eso me pase a mí (risas).
Varios integrantes de tu orquesta han estado mucho tiempo contigo, algunos más de 20 años... Sí, tenemos una conexión muy bonita. Hacer música así es mejor que el sexo, porque es tan profundo y tan hermoso...
¿Cómo te describirías como jefe?
Creo que soy muy severo, pero muy lindo (risas). Lo viste esta mañana, yo escucho todo en la música y sigo y sigo hasta que la perfección siga ahí, pero trato de hacer eso con humor, porque cuando digo ?(degrees)Paren!?, saben que escuché algo que no se escuchó bien y deben mejorarlo.
¿Cuál ha sido uno de los retos más grandes de tu carrera musical?
Creo que cuando Marjorie llegó a mi vida, estaba comenzando mi carrera, pero fue un momento en el que empecé a aprender que como músico debes a aprender a escuchar a través de los oídos de alguien más y eso te ayuda bastante.
Obvio tengo oídos y sé perfectamente bien lo que escucho, pero ella me ha enseñado a escuchar... Una vez estaba tocando algo difícil y ella me dijo: ?¿Qué es eso? No me gusta?.
Entonces capté que no lo estaba tocandobien y creo que para un músico ese es el reto, que aunque creeas que lo estás haciendo bien, trates de escuchar a los demás, no sólo en la música, sino en general. Escuchar es muy importante, saber qué te están tratando de decir los demás. Creo que eso es más importante que estar hablando.
Vas de nuevo a México; ¿qué te gusta del público mexicano?
El público mexicano es el más cálido; cuando voy caminando para subir al escenario en mis conciertos, ellos me tocan y se emocionan mucho, son muy cálidos de corazón y me llena de alegría estar en el escenario en México.
Sir Anthony Hopkins compuso el vals ?And the Waltz Goes On? para que lo tocara André con su orquesta.