A 70 años de la ostentosa boda entre María Félix y Jorge Negrete, te contamos cómo fue el evento y las estrellas que asistieron
Se celebró el 18 de octubre de 1952 en la Finca Catipoato al sur de la Ciudad de México, la boda de María Félix y Jorge Negrete se llevó a cabo entre muchos invitados famosos y el exceso.
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Esta historia de amor es como de película. Al conocerse, María Félix y Jorge Negrete se despreciaron a primera vista: él la rechazaba por su nula experiencia en cine y ella lo desestimaba por engreído. Ellos son la excepción a eso de que ‘sólo los polos opuestos se atraen’.
Así se conocieron María Félix y Jorge Negrete
Fue en un set de grabación. Corría el año de 1942, diez años antes de su boda. Él ya era un afamado actor, con amplia experiencia en el séptimo arte y la música pues le apodaban El Charro cantor. Ella era una novata del cine, El Peñón de la ánimas fue su debut y lo hizo con el papel principal de la película donde Jorge Negrete era el co-protagonista. El actor estaba casado con la actriz y modelo Gloria Morín a quien conoció en ¡Ay Jalisco, no te rajes! Por supuesto, el Charro quería el protagónico para su enamorada, pero ese papel ya era de María Bonita. Esto los llevó a tener muchos desencuentros y discusiones, incluso durante el rodaje de algunas escenas, pero indiscutiblemente entre ellos había un match que no se logra con facilidad entre dos estrellas.
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En una ocasión él dijo: "¿Y esta con quién se acostó para que le dieran el papel? y ella contestó: “Usted debe saber, lleva más años en el negocio”. La actitud prepotente en una mujer de los años 50’s frente a un charro mexicano era un acto de total rebeldía. Para este momento, María Félix y Jorge Negrete se aborrecían mutuamente.
Cuando se conocieron, Negrete estaba comprometido, pero diez años después se reencontraron gracias a que el Charro ya había terminado su relación con Morín. Coincidieron en septiembre de 1952 en el legendario Hotel Regis de Avenida Reforma, para octubre celebrarían juntos su boda.
Una fiesta muy mexicana: así fue la boda entre María Félix y Jorge Negrete
Se le llamó la Boda del Siglo ya que a ella acudieron grandes personalidades de talla nacional e internacional, la lista fue de alrededor de 400 invitados. Pero el verdadero toque de la celebración fue el goce y la exacerbación de lo mexicano a través de platillos como enchiladas, quesadillas, barbacoa, carnitas, mole y aguas frescas. Gracias a la decoración, la propia finca y la ropa que usaron ambos se ambientó muy a la mexicana la celebración. Ella con un vestido rosa del diseñador Armando Valdez, también portó joyas de filigrana y el cabello finamente trenzado. Él, por supuesto, vistió de charro color marrón con hilos plateados y un sarape tan grande y frondoso como su esencia de charro mexicano. El regaló de bodas para la novia fue un collar de esmeralda valuado en 300 mil pesos.
La fiesta estuvo llena de celebridades de todos los medios, actores, modelos, políticos, cantantes, bailarinas, artistas y literatos, puesto que María Félix y Jorge Negrete formaban parte de la selectiva lista de estrellas mexicanas de los 50’s. A la boda asistieron Diego Rivera y Frida Kahlo; Dolores Olmedo, El Indio Fernández y Salvador Novo de entre otros tantos. Se dice que había más de 500 personas en las nupcias de los famosos. Para entonces, Jorge Negrete ya era un hombre más sobrio en cuanto a su personalidad altanera que lo caracterizó siempre y por el contrario, se dedicó a enamorar a María Félix muy a su modo: bohemio, enamorado, con serenatas y flores. La boda se transmitió en vivo por radio y a la noche, se fueron de luna de miel a Chapal
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Hasta que la muerte nos separe
La pareja grabó en total al rededor de 6 películas juntos y estuvieron casados durante un año hasta que días antes de la muerte del cantante, María se encontraba en Francia filmando la película la Bella Otero cuando recibió una llamada alertando sobre el estado de salud de su marido. El 5 de diciembre de 1953 ella abandonó la filmación, tomó un avión y alcanzó a despedir a su esposo. Luego de la muerte de él, ella vendió la Finca que vio florecer su amor.
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