Por Ailedd Menduet
Belén Sanz Luque, representante de ONU Mujeres en México, nos habla sobre su lucha por la defensa de los derechos femeninos y el camino hacia un verdadero cambio.
SUS MOTIVACIONES
“Hay varias cosas que me motivaron. En primer lugar, los referentes femeninos de mi vida han sido fundamentales. Crecí en una casa donde mi madre tuvo siempre un rol autónomo, hizo su carrera universitaria en Filología y desde que tengo memoria, trabajó como maestra y lingüista. Tuve también una abuela, que en medio de un entorno profundamente patriarcal y en una situación de posguerra en España, luchó toda su vida para que sus hijas tuvieran otra realidad. Además, de niña, en México estudié en el Colegio Madrid, inspirado en principios republicanos muy centrados en los derechos humanos, en los derechos civiles, sociales y en la libertad y derechos de las mujeres. Todo ello forjó poderosamente mi sensibilidad hacia la igualdad”, comenta Sanz. Cuando decidió estudiar Antropología Social, gran parte de su trabajo de campo fue en zonas rurales de México, “siempre me impactaron las desigualdades que enfrentan las mujeres en el ámbito rural. Tuve la oportunidad de conocer la realidad de mujeres indígenas que me inspiraron y mostraron su resiliencia, su capacidad de lucha, el enorme peso que sobre ellas recae en materia de cuidados y de trabajo, pero a la vez su gran aptitud de liderazgo y toma de decisiones; fue a partir de allí que empecé a interesarme más profundamente en los temas de identidad de género, desigualdad social y derechos de las mujeres”.